Ignacio Álvarez Osorio: «El ataque ha envalentonado a Al Asad»

maría cedrón REDACCIÓN / LA VOZ

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El director del Instituto de Desarrollo Social y Paz de la Universidad de Alicante considera que el ataque no impedirá que Al Asad continúa usando armas químicas

16 abr 2018 . Actualizado a las 07:30 h.

«Han lanzado un ataque de mínimos para no desestabilizar la zona y no generar represalias por parte de Rusia». De ese modo interpreta el director del Instituto de Desarrollo Social y Paz de la Universidad de Alicante, autor de Siria. Revolución, sectarismo y yihad, Ignacio Álvarez-Ossorio, la intervención realizada por Estados Unidos, el Reino Unido y Francia durante la madrugada del sábado. A su juicio, en lugar de impedir que Al Asad continúe usando armas químicas contra la población, esa estrategia ha conseguido envalentonarle.

-¿Habría que haber hecho un ataque de más envergadura, pese al riesgo de enfadar a los rusos?

-El gran problema es que lo que ha ocurrido muestra que EE. UU. no tiene ninguna estrategia. Va dando tumbos. Más allá de combatir al Estado Islámico y de evitar los ataques con armas químicas, no tiene un proyecto de futuro. Ni para Siria ni para el resto de la región. No es la primera vez que el régimen usa ese tipo de gases. Al no haber tenido consecuencias el ataque, en lugar de impedir su uso, lo que ha hecho es envalentonar a Al Asad para que continúe haciéndolo.

-¿Cómo debería responder la comunidad internacional?

-De forma multilateral. Habría que buscar un consenso, pero Rusia tiene derecho de veto en el Consejo de Seguridad. Por esa razón, queda descartada esa contestación. Lo que se echa en falta de EE. UU., como ocurrió con Obama, es una estrategia clara para poner fin a la guerra y para que se rindan cuentas por los crímenes de guerra perpetrados.

-¿Es el Tribunal Penal Internacional el que ha de juzgarlos?

-Claro. Los crímenes de guerra y de lesa humanidad no prescriben. Incluso la ONU aprobó a final del 2016 un mecanismo de investigación para ir acumulando pruebas de los ataques realizados por el régimen y por grupos opositores. Lo importante es reunir pruebas para poder juzgar a los culpables, para que no queden impunes.

-¿Cree que habrá más ataques?

-Este fue un ataque limitado, como el que de abril del 2017. En realidad no altera el equilibrio de fuerzas en la zona ni genera un cambio radical. Fue algo de cara a la galería porque Trump, al igual que Macron y May, prometieron responder a un ataque con armamento químico. Cumplen su palabra, pero sin llegar a provocar una escalada del conflicto.

-¿Al Asad está blindado?

-Totalmente. Sobre el terreno tiene una posición de fuerza y cuenta con el respaldo de Rusia e Irán, que están muy involucradas en apuntalarle en el poder, mientras los respaldos de los rebeldes son mucho más débiles.

-¿Por qué Irán y Rusia protegen tanto a Al Asad?

-Para Irán es su principal aliado estratégico en la región. No hablamos solo de Siria, que forma parte de un puzle mucho más complejo en el que se está librando un pulso con Arabia Saudí por el control de Oriente Medio. En el caso de Rusia, esta ha mantenido buenas relaciones con el país desde la Guerra Fría y, además, tiene intereses a nivel interno, desde bases militares a las reservas de petróleo y gas que explotan las compañías rusas. Pero también está utilizando su intervención en Siria como un trampolín para reconquistar el poder perdido en Oriente Medio. Además, le ha dado mucho prestigio a escala doméstica. Es una jugada maestra.

-¿Y qué va a pasar con el pueblo sirio?

-Está completamente devastado, dividido entre los partidarios de Bachar al Asad y sus detractores. Ha pagado la factura del enfrentamiento de las potencias regionales. Pagan las consecuencias de una guerra que ha provocado la mayor crisis humanitaria del siglo.