Matan de un disparo a un periodista que retransmitía en directo las protestas en Nicaragua

Julia Rios / Blanca Morel AFP / NICARAGUA

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Los enfrentamientos que desde hace días se suceden en el país han dejado al  menos 11 muertos, aunque algunas fuentes elevan la cifra a 25

22 abr 2018 . Actualizado a las 14:04 h.

Un periodista este sábado de un disparo mientras retransmitía en directo un enfrentamiento entre manifestantes y policías en Nicaragua, en medio de una oleada de protestas espontáneas que sacuden al gobierno de Daniel Ortega y que han dejado al menos 11 muertos (aunque otras fuentes apuntan a que las cifras habrían subido ya a 25). Miguel Ángel Gahona murió en la caribeña ciudad de Bluefields de un disparo de arma de fuego, mientras cubría el choque entre manifestantes y antimotines la noche del sábado, declaró al Canal 15 de televisión, su colega Ileana Lacayo. «Creemos que fue un francotirador el que hizo el disparo; no fueron los jóvenes (...) los únicos que andaban (con) armas eran los policías y antimotines», afirmó la comunicadora.

Por las redes sociales circulan las imágenes de cómo el periodista se encontraba retransmitiendo a través de Facebook Live los daños provocados por los enfrentamientos cuando se oye un disparo, deja de hablar y se ve como la cámara cae al suelo. A continuación se escuchan gritos de otros compañeros, que gritan desesperados su nombre, horrorizados al ver que ha sido alcanzado por un disparo.

Durante las protestas que estremecen al país desde el pasado miércoles, periodistas de medios independientes han sido agredidos, detenidos temporalmente o les han robado equipos de trabajo, según han denunciado, mientras que el gobierno bloqueó la retransmisión de cuatro medios independientes, aunque solo uno continua cerrado.

El ánimo caldeado se respira en las calles de Managua, donde jóvenes mantienen carreteras bloqueadas con fogatas y barricadas de piedras, en protestas iniciadas en rechazo a una reforma al sistema de pensiones. El presidente Ortega, en un intento de frenar las protestas, aceptó este sábado dialogar con el sector privado sobre la reforma a la ley de seguridad social, pero excluyó a otros sectores y a los jóvenes alzados, lo que aún enardeció más los ánimos de los manifestantes.

Ante el creciente descontento, el gremio empresarial respondió a Ortega que «no puede haber un diálogo» si el gobierno «no cesa de inmediato la represión policial», respeta la libertad de manifestación y de prensa. Según Ortega las protestas son alentadas por grupos políticos críticos de su gobierno y que reciben financiamiento de sectores extremistas de Estados Unidos. Lo hacen para «sembrar el terror, sembrar, la inseguridad», aseguró.

Tras el discurso del mandatario, el primero desde que el miércoles iniciaron las virulentas manifestaciones, cientos de jóvenes se enfrentaron nuevamente con policías en la capital. Con los rostros cubiertos con camisetas, los manifestantes levantaron barricadas sobre las calles y lanzaron piedras a los policías que los reprimían con gases lacrimógenos. «¡Si así es que piensa el gobierno que se arreglan las cosas, así va a hacer!», exclamó un joven manifestante.

Las marchas continuaron en Managua y otras ciudades como Matagalpa, Camoapa, León, Carazo, y Bluefields, uno de los principales centros del Caribe. Las protestas, unas de las más violentas en los 11 años de gobierno de Ortega, estallaron debido al aumento de cuotas que buscan saldar un millonario déficit del seguro social, lo que se suma a un descontento generalizado por la situación económica en el país, según analistas.

Soldados armados con fusiles custodian oficinas públicas en Managua, así como en la norteña ciudad de Estelí, brindando «protección a entidades y objetivos estratégicos» del país, indicó el ejército. La jornada de protestas causó daños en el Ministerio de Juventud, el edificio del Seguro Social, la Universidad de Ingeniería y la oficialista Radio Ya, en Managua. En las ciudades de León y Masaya hubo «quema de vehículos particulares, saqueo y destrucción de edificios públicos» y robos en centros comerciales, informó el gobierno.

Mientras, la oposición denunció la quema parcial de Radio Darío en la ciudad de León, que habría ocurrido la noche de viernes. Para Amnistía Internacional, la respuesta «violenta de las autoridades a estas demostraciones tiene implicaciones profundamente perturbadoras para derechos humanos en Nicaragua».

La gente pide cambios

Analistas y la cúpula empresarial coinciden en que las protestas «van más allá del descontento de las reformas del sistema de pensiones». «No se había visto esto desde hace años en Nicaragua», dijo Carlos Tünnermann, exembajador de Nicaragua ante la OEA y Estados Unidos. Que las protestas se hayan dado «en casi todas las ciudades del país, en todas las universidades y que hayan sido reprimidas con violencia por el gobierno, significa que hay un malestar de la población no solo por las reformas, sino por la forma en que se ha conducido el país», sostuvo Tünnermann.

Según expertos, la población ha soportado en silencio el encarecimiento de la vida por las constantes alzas de los combustibles y de las tarifas de luz, despidos en el sector público y reducción de beneficios sociales a raíz de la caída de la cooperación venezolana. «El reclamo central de la gente es que ya no quieren este gobierno, hay un rechazo total hacia este gobierno», coincidió el sociólogo y académico universitario Cirilo Otero.

Las reformas buscan saldar un déficit de más de 76 millones de dólares que enfrenta el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), por recomendación del Fondo Monetario Internacional (FMI). 

Ortega, quien gobernó por primera vez durante la Revolución Sandinista en la década de los 80, retornó al poder en 2007 y fue reelecto en el 2011 y en el 2016 en medio de denuncias de procesos electorales amañados, según la oposición.