Henri Falcón cifra en 900 las irregularidades en los colegios electorales y Bertucci eleva la cifra hasta las 1.400
21 may 2018 . Actualizado a las 00:38 h.El jefe de campaña del candidato opositor a la presidencia de Venezuela Henri Falcón, Claudio Fermín, ha cifrado en 900 las denuncias de irregularidades en los colegios electorales para la votación de este domingo que incluyen «la compra de votos», de las que acusa al oficialismo, cifra que Javier Bertucci ha elevado a 1.400. La principal reclamación de Fermín se refiere al pago del bono anunciado por el presidente y candidato a la reelección, Nicolás Maduro, para que los ciudadanos votasen «libremente», pero que es leído por sus detractores como la «compra» de la voluntad del elector con recursos públicos. «La oferta del candidato Maduro choca con la ley y con la ética, Maduro ha ofrecido a los electores pagarles su voto, dar un bono por el voto, y bajo un lema edulcorado de 'amor con amor se paga', se está incurriendo en un delito y en una conducta realmente grotesca», dijo.
Reiteró, además, las denuncias del supuesto abuso de los mecanismos para asistir a los votantes y que «el acompañante en vez de asistir a una persona que solicitaba su compañía, terminaba asistiendo a 100, 300, 50 electores, es decir se convertía el voto asistido en un verdugo». En algunos centros de votación los oficialistas han instalado las carpas para asistir y registrar a los electores, conocidas como puntos rojos, en las puertas de los centros y en algunos casos dentro de los propios colegios, pese a que había sido prohibido por la autoridad electoral.
«Siguen llegando (denuncias) -ha señalado el ex pastor evangélico Bertucci-. Tal vez podamos llegar a 2.000 denuncias en las próximas horas». Todas ellas, ha asegurado, «están documentadas» y han sido «asumidas, selladas y firmadas» por el Consejo Nacional Electoral (CNE). Entrando en detalles, ha explicado que el acuerdo preelectoral «más violado» por el chavismo ha sido el de no colocar puntos de proselitismo a menos de 200 metros de los centros de votación. «La mayoría de los centros tenía esos puntos rojos más cerca de 200 metros, no solamente lo denunciamos sino que nos dimos cuenta que empezaron a quitar algunos de ellos a las dos de la tarde» y que varias de estas áreas estaban «a escasos 15 o 20 metros de la entrada del centro de votación».
