Merkel acelera la reforma de la zona euro por miedo a una nueva crisis

Cristina Porteiro
cristina porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

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Ina Fassbender | dpa

Apoya la creación de un presupuesto de inversiones y de un exiguo fondo de emergencia

04 jun 2018 . Actualizado a las 07:16 h.

De Atenas a París y de Ámsterdam a Bruselas, todas las cancillerías europeas llevan meses en vilo esperando la respuesta de la canciller alemana, Angela Merkel, al ambicioso plan de reformas para la zona euro anunciado por el presidente francés, Emmanuel Macron. La líder germana no se pronunció hasta ayer. Lo hizo empujada por las circunstancias. La inestabilidad e incertidumbre política en Italia hace temer lo peor: que los mercados estrangulen a la tercera economía del euro, arrastrando con ello a otros socios. La moneda y el mercado único no son lo suficientemente fuertes para resistir una embestida de ese calibre.

Los expertos llevan años advirtiendo a Berlín de la urgencia de apuntalar la arquitectura de la eurozona, pero Merkel ha pospuesto y bloqueado una y otra vez las tentativas de los países del sur. Hasta ayer.

Presupuesto del euro

Según confesó ella misma al diario germano Frankfurter Allgemeine, su país estaría dispuesto a pisar el acelerador y dar luz verde a la creación de un presupuesto para la eurozona que funcione como palanca para las inversiones. Fundamental para poder reducir las disparidades, «equilibrar» las economías de los socios y mejorar la convergencia interna. ¿A cuánto ascendería? No ha dado cifras aunque su Gobierno habla de un monto «bajo, de varios miles de millones». Tampoco ha querido revelar si estaría a favor de gestionar esta partida dentro del actual marco de la UE o dejarlo en manos de un ministro del euro, como sugiere Macron. En cualquier caso, Berlín quiere ir poco a poco e introducir este fondo de inversiones «de forma progresiva» para poder evaluar su efecto. En otras palabras, Alemania no se fía y quiere blindarse ante posibles pérdidas.

Fondo anticrisis

«En estos tiempos de inseguridad, Europa debe ser capaz de actuar en cualquier momento», aseguró Merkel, convencida de que no puede posponer más las reformas. Si la eurozona apenas pudo capear la amenaza del grexit (salida de Grecia) en el 2015, la arquitectura de la zona euro sería incapaz de soportar, por sus dimensiones, un nuevo crac en Italia. ¿Su voluntad es real o se trata de una mera llamada de calma a los mercados? Lo cierto es que la alemana respaldó ayer la creación de un Fondo Monetario Europeo (FME) para amortiguar las sacudidas en los países miembro. «Si toda la zona euro está en peligro, el FME debe brindar préstamos a largo plazo para ayudar a los países», explicó, sin excluir otras herramientas de urgencia como líneas de crédito inmediatas a corto plazo. Eso sí, bajo condiciones draconianas: «Siempre a cambio de restricciones, naturalmente, con cantidades limitadas y con una devolución completa», matizó.

Eurobonos

El término está desterrado en Berlín. Merkel no quiere ni oír hablar de emitir deuda conjunta asumiendo los riesgos de otros países del euro. Su economía se beneficia de los vientos de cola de países como España, pero en cuanto se levanta temporal, evoca lo de «cada palo que aguante su vela». «Nein» a la mutualización de la deuda y nada de hacer quitas, como sugería el programa de los dos partidos populistas que gobiernan en Italia. El país alpino acumula una deuda del 130 % de su PIB. Insostenible, según algunos expertos.

Calendario

Merkel ultima los contactos con Macron para poder salir de la cumbre europea del 28 y 29 de este mes con una hoja de ruta clara para las reformas. El presupuesto debería estar listo antes de las elecciones europeas de mayo del 2019, para no dar munición a los euroescépticos. Será difícil. Por delante queda la farragosa negociación de los presupuestos de la UE (2021-2027). «Si la seguimos aparcando, es posible que no seamos capaces de conceder ni una sola beca Erasmus», advirtió.