Rescate Tailandia: Sacar a los niños de la cueva, un camino lleno de obstáculos

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A lo largo de 4 kilómetros de la cueva, hay una zona de muy estrecha donde deberán contorsionarse para llegar hacia el siguiente tramo donde los socorristas instalaron su campamento y luego, tendrán que atravesar dos kilómetros para salir a la superficie

09 jul 2018 . Actualizado a las 10:25 h.

La evacuación este domingo de los niños atrapados en una cueva en Tailandia desde hace 15 días se realiza por un camino repleto de obstáculos, especialmente un pasadizo muy estrecho, que aterra a los buzos. Aunque se han valorado otras opciones, las autoridades han decidido precipitar la operación de rescate por el temor a las lluvias que se avecinan, ante la perspectiva de que la cavidad en la que se encuentran los menores y su entrenador se inunde o no sean capaces de llevarles víveres ni comunicarse con ellos. Aunque durante un primer momento se barajó la idea de enseñar a los niños a nadar y bucear, las autoridades tailandesas aseguran que no hay tiempo para eso. Durante toda la operación, cada niño (la mayoría no sabe nadar y el agua está completamente turbia) estará acompañado por dos buzos, con tanques de oxígeno y máscaras de rostro entero para facilitar la respiración. La salida se hará con tres grupos de cuatro, con un total de cuatro niños y ocho buzos por grupo. El profesor saldrá el último.

Escapar buceando

Se trata de una zona muy estrecha llamada «intersección en T» (en tailandés, se dice «sam yak»). En este punto, el pasaje es una suerte de tubo por la que hay que escabullirse. «El pasaje, muy estrecho, sube y luego baja» y requiere contorsionarse, explicó el 2 de julio Narongsak Osottanakorn, el jefe de la operación de rescate. Esta área está a 1,7 kilómetros de donde se encuentran los niños. Una vez que se complete este tramo, estarán a menos de un kilómetro de la tercera galería, donde los socorristas instalaron su campamento base.

Una vez allí, todavía les quedará un recorrido de cerca de dos kilómetros, pero lo peor habrá pasado para volver a reencontrarse con sus familias.

Duración del recorrido

Son más de cuatro kilómetros de recorrido con partes inundadas y estrechas. La célula de rescate no precisó el domingo cuánto había bajado el nivel del agua, sobre todo en la temida «intersección T». El nivel exacto del agua es la gran incógnita. Si bien la cueva se inundó por varios metros en algunos tramos, «el nivel del agua en la cueva ha continuado bajando» hasta un nivel aceptable, dijo el domingo Kobchai Boonorana, del ministerio del Interior.

Los socorristas han aplazado al máximo el momento de la evacuación y mientras, han bombeado el agua hasta reducir al mínimo las partes de recorrido submarino. Esta semana se reveló que a un buzo experimentado le llevaba 11 horas ir y venir al lugar donde están los niños: seis horas de ida y cinco de vuelta gracias a la corriente. Las autoridades anunciaron la salida de los buzos encargados de traerlos a las 10.00 horas locales. Está previsto que el primer rescatado salga «hacia las 21 horas», unas 11 horas más tarde, sobre las cuatro de la tarde hora española. 

Aguas turbias

Sumergirse en esta agua turbia «como el café con el leche» es un gran desafío para los profesionales, explicó un buzo. «No hay visibilidad, el espacio está encerrado», dijo Matt Fitzerald, un buzo de la Policía Federal australiana entrevistado por la agencia AFP esta semana. Se las arregló para bucear una parte del camino, pero no pudo llegar al final. Bajo estas aguas turbias es imposible consultar el reloj u otros equipos que permiten medir el tiempo de inmersión. Los buzos instalaron una cuerda a lo largo de la pared para guiarse.

No saben nadar

Varios niños, de entre 11 y 16 años, no saben nadar y ninguno ha buceado. «Cada uno será escoltado por dos buzos», afirmó el jefe de la operación. Los médicos que acompañan a los socorristas consideraron a los niños aptos para intentar la salida, aunque pueden verse debilitados por sus dos semanas en la cueva, de las cuales la primera estuvieron sin comida ni contacto con el exterior.

El factor psicológico

 Además del estado físico, la preparación psicológica de los niños es crucial. «Ellos fueron informados de la operación y están listos para ser evacuados y afrontar todos los desafíos», aseguró el domingo Osottanakorn. Los niños recibieron cartas de sus padres a través de los buzos, donde les reafirmaron su confianza en su capacidad de lograr esta hazaña.

Pero sumergirse en el agua turbia que los obligó a huir cada vez más hacia las profundidades de la cueva no es fácil. Los niños suelen asustarse más rápido, aunque hasta ahora este grupo ha demostrado tener una gran resistencia mental. «Si tan solo uno de ellos entra en pánico, en caso de un problema con el sistema de respiración o lo que sea, eso tendrá un gran impacto en todos los otros», advirtió Andrew Watson, especialista británico en rescates, consultado por la agencia AFP en Inglaterra. Para evitar que se desate este pánico, los rescatistas precisaron el domingo que los niños saldrían «uno por uno».