Vilma Núñez: «Ortega y su mujer se creen que van a gobernar siempre»

HÉCTOR ESTEPA MANAGUA / E. LA VOZ

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La exvicepresidenta del Tribunal de Supremo de Nicaragua ha dedicado toda su vida a la defensa de los derechos Humanos en Nicaragua

05 ago 2018 . Actualizado a las 09:12 h.

Vilma Núñez de Escorcia (Acoyapa, 1938) ha dedicado toda su vida a la defensa de los derechos Humanos en Nicaragua. Desde muy pronto se implicó en la lucha anti somocista. Sobrevivió a la masacre estudiantil de junio de 1959 en León. Comenzó después a defender a los presos sandinistas y se convirtió en un apoyo logístico para los guerrilleros.

Tras la revolución del 79 fue nombrada como la primera mujer vicepresidenta de la Corte Suprema. Se alejó de Daniel Ortega a finales de los 90, cuando representó a la hijastra del presidente en el caso sobre su supuesta violación por parte del líder del país. Es fundadora y presidenta de la oenegé Centro Nicaragüense de Derechos Humanos.

-¿Qué pasa con los derechos humanos en esta crisis?

-Prácticamente casi todos los derechos están siendo violados: el derecho a la vida y a la integridad física, el de la libertad individual, la libertad de circulación y la libertad de expresión. No hay que olvidarse tampoco del derecho a la salud. Se usó como fuerza represiva no solamente a la policía que mataba, sino a las instituciones sanitarias, cerrando hospitales, prohibiendo que atendieran a los heridos, buscando cómo presionar a los médicos, al extremo que hubo momentos que tuvimos que recurrir a los hospitales privados que abrieron sus puertas gratuitamente.

-Denuncian una dura represión...

-El objetivo de Daniel Ortega es perpetuarse en el poder. Él no asimila que haya otra gente en Nicaragua capaz de gobernar. Él y su esposa se creen predestinados a gobernar este país eternamente. Y ese afán es lo que les lleva a este comportamiento. Los daños irreversibles para Nicaragua no solo son las muertes ni la destrucción, sino también descomposición moral, ética y política a la que ha llevado a un sector de la población nicaragüense. Les han convertido en criminales. Va a ser muy difícil recomponer el tejido social.

-¿Quiénes son los civiles armados progubernamentales?

-Ortega organizó una fuerza represiva integrada por la Juventud Sandinista, los consejos del poder ciudadano, que son los partidarios del Gobierno organizados en los barrios, y los consejos de liderazgo sandinista, que incluían a miembros del aparato estatal que él controlaba. Es un cuerpo que ha sido prácticamente entrenado. No sé por quién. Pero su comportamiento es paramilitar. Esta estructura ahora ha cambiado. Incluye yaa antiguos miembros de las Fuerzas Armadas de la época de la revolución. A muchos retirados del Ejército, incluso de alto rango, se les ha visto dirigiendo la represión en diferentes ciudades. En un primer momento usaron fusiles AK47, pero ahora se les ha visto con armamento pesado, como RPG7, que solo los tiene el Ejército de Nicaragua y que proceden de la antigua URSS.

-¿Hay esperanza en el diálogo?

-Mis esperanzas son muy limitadas. Ortega está haciendo todo lo necesario para cerrarlo. No ha generado condiciones para que se desarrolle. Y ya fue el colmo el mandar a agredir a quienes ha buscado para que sean los mediadores, con el ataque a los obispos. El oficialismo denuncia que los violentos son los manifestantes opositores ¿Hay violencia de los manifestantes? Lo que hay tal vez es una actitud reactiva, de rechazo o de legítima defensa frente a una agresión. Yo no puedo cerrar los ojos y decir que no se han visto envueltos en actos de violencia. Definitivamente, una situación como esta te lleva a eso. Pero además hay un elemento bien importante que hay que denunciar y es la infiltración. El movimiento ha sido infiltrado epor gente de ellos con instrucciones como saqueos o incendios que no han sido causados por los estudiantes ni por la gente que protesta.

-¿Cuál es la situación de los detenidos?

-Es verdaderamente precaria. Las cárceles principales están llenas y hay hacinamiento. Todos salen torturados. No solamente los golpean al momento de la captura, sino que los someten a interrogatorios, a tratos crueles e inhumanos, los humillan, los desnudan, les roban los zapatos…