Doce años de cárcel por prostituir y abusar de su hijo

Patricia Baelo BERLÍN / CORRESPONSAL

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Patrick Seeger

La alemana tenía entre sus clientes a un español, que ha sido sentenciado a diez años de prisión por violar al menor

08 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

«Cronología del horror». Así se refería Der Spiegel a uno de los casos de pedofilia y abuso infantil más graves de la historia de Alemania. Junto a su pareja, el pederasta reincidente Christian Lais, la alemana Berrin Taha violó y vejó a su propio hijo durante más de dos años, para después proponerles a alemanes y extranjeros a través de la Darknet, la red oscura de Internet, que también abusasen del pequeño. Sus clientes, entre los que figura un español, abusaron repetidamente del pequeño, lo filmaron y distribuyeron los vídeos. Los episodios, ocurridos entre el 2015 y el 2017 en Staufen, cerca de Friburgo, pasaron desapercibidos para las autoridades hasta que una fuente anónima alertó a la policía en septiembre del año pasado.

El juicio contra los ocho integrantes de la red pedófila arrancó en abril y concluyó ayer, con la condena a 12 años y medio de prisión a la madre y otros 12 a su compañero, que dados sus antecedentes permanecerá detenido de forma cautelar una vez cumplida la pena. Asimismo, el Tribunal Regional de Friburgo les sentenció a pagar 42.500 euros por daños y perjuicios al menor, que acaba de cumplir 10 años, así como a la hija de una conocida de la que abusaron cuando solo tenía tres. Berrin, de 48 años, y Christian, de 39, confesaron haber cometido las violaciones y haber prostituido al pequeño en al menos 60 ocasiones gracias al anonimato de la Darknet.

La Justicia alemana también ha procesado de manera individual a otros seis acusados. Entre ellos un barcelonés que bajo el apodo de Tío Luc pagó más de 10.000 euros a la madre para que le dejara abusar del niño haciéndose pasar por pediatra. El hombre de 33 años, que admitió haber viajado varias veces desde España al estado de Baden-Württemberg entre septiembre del 2016 y agosto del 2017 para alquilar apartamentos vacacionales en los que cometer el delito, fue condenado el lunes a pasar una década en prisión y a pagar una indemnización de 18.000 euros a su víctima.

 Otras cuatro personas, entre ellas un suizo y un soldado alemán, fueron sentenciadas a penas de entre ocho y diez años de cárcel y a sumas que van de los 12.500 a los 14.000 euros. El último imputado es un hombre que no abusó del menor, pero que según se descubrió durante la investigación, había violado a su hija, por lo que fue condenado a siete años de prisión.

«A la vista de la monstruosidad de los hechos, una disculpa no habría servido de mucho, pero al menos le habría podido decir al niño que lo lamenta», declaró la abogada Katja Ravat, que no ve señal alguna de arrepentimiento en Berrin. El caso evidencia el fracaso del sistema, ya que las autoridades ignoraron las sospechas de maltrato por parte del colegio, y los tribunales de familia retiraron la custodia a la madre temporalmente, para luego devolvérsela sin interrogar al pequeño ni vigilar a su padrastro.