El Gobierno italiano se desinfla

maría signo ROMA / CORRESPONSAL

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FLAVIO LO SCALZO | efe

La fiscalía comunica a Matteo Salvini que lo acusa de secuestro agravado cuando se cumplen cien días del nuevo Ejecutivo

08 sep 2018 . Actualizado a las 10:27 h.

El llamado gobierno del cambio del antisistema Movimiento 5 Estrellas (M5E) y la ultraderechista Liga cumple sus primeros 100 días con un balance menos revolucionario que el que prometía el acuerdo firmado por las dos fuerzas. Lastrado por la ausencia de grandes realizaciones, el inicio de la legislatura dejó ver además el protagonismo de los dos vicepresidentes, el ministro de Trabajo Luigi Di Maio, y sobre todo de Matteo Salvini, el ministro del Interior. Uno y otro han empequeñecido y eclipsado al jefe del gabinete, Giuseppe Conte.

De los tres puntos en los que se basa el contrato de gobierno, pensiones, impuestos y renta mínima, poco se ha hecho. En cambio, Salvini se convirtió en la estrella de un verano plagado de incidentes a propósito de la inmigración tras prohibir el atraque de los barcos de las oenegés en puertos italianos y echar después un pulso a las asociaciones humanitarias y a la UE y su política de acogida. El Ejecutivo siguió la línea del ultraderechista, con propuestas tan polémicas en Europa como la realizada en Viena, durante la reunión de ministros de Defensa, para ir a una rotación de puertos para los desembarcos de los inmigrantes rescatados en el Mediterráneo.

Por cierto, que una de las actuaciones más polémicas en este terreno, la retención durante cinco días en el barco Diciotti de 138 personas, ha llevado a la fiscalía de Palermo a abrir una investigación a Matteo Salvini bajo la acusación de secuestro agravado de personas. El ministerio público ya ha enviado los documentos del caso al Tribunal de Ministros, un paso procesal necesario para dar inicio a la investigación preliminar.

La única medida política aprobada en los 17 consejos de ministros celebrados en estos 100 días, ha sido el decreto «Dignidad», promovido por el vicepresidente Di Maio y que adopta una serie de puntos para acabar con la precariedad y la deslocalización de empresas. El M5E ha insistido en el Parlamento en uno de sus puntos fuertes del programa electoral: acabar con los sueldo vitalicios y recortar las llamadas pensiones de oro que superan los 4.000 euros mensuales. Pero la ley aún no ha sido aprobada.

La catástrofe del puente Morandi en Génova puso al Ejecutivo ante la realidad. Tanto el M5E como la Liga estudian la posible revocación de la concesión de la gestión de las autopistas a Autostrade, empresa del grupo Benetton, al considerarla responsable de la falta de mantenimiento del puente derrumbado. El Gobierno ha propuesto además la nacionalización la red de autopistas para recuperar su gestión. Pero aún no ha dado ningún paso.

Ante un otoño que se promete caliente, Di Maio se enfrenta estos días, junto con sindicatos y posibles compradores, al futuro de ILVA en Taranto, la mayor acería de Europa mientras el Ministerio de Economía prepara el borrador de los presupuestos para 2019. Un trabajo delicado ya que la prima de riesgo aumentó a cotas cercanas a los 300 puntos, agravando el elevado déficit público italiano y asustando a los inversores extranjeros que no tienen confianza en el Gobierno de Conte. Han visto, igual que todos los italianos, las grandes diferencias que separan a los dos aliados.