El exjefe de campaña de Trump pacta colaborar con el fiscal del Rusiagate

Adriana Rey NUEVA YORK / CORRESPONSAL

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Manafort, a su llegada el pasado 8 de marzo al tribunal federal de Alexandria, en Virginia
Manafort, a su llegada el pasado 8 de marzo al tribunal federal de Alexandria, en Virginia Shawn Thew

Manafort rebaja su pena de cárcel con el acuerdo y su declaración de culpabilidad

15 sep 2018 . Actualizado a las 08:55 h.

El exjefe de campaña de Donald Trump Paul Manafort dio ayer un giro a su estrategia de defensa judicial: llegó a un acuerdo con el fiscal especial Robert Mueller para declararse culpable de dos delitos y cooperar en las investigaciones sobre la injerencia rusa en las elecciones del 2016.

Manafort acudió por la mañana a un tribunal de Washington D.C. para asistir a la presentación del acuerdo ante el juez y en la que firmó su declaración de culpabilidad por dos crímenes federales (obstrucción a la justicia y conspiración para cometer fraude fiscal). Además, el exasesor de 69 años se comprometió a colaborar con las investigaciones que se realizan por parte del Departamento de Justicia y que, entre otras, indagan los vínculos entre la campaña de Trump y el Gobierno de Vladimir Putin. «Es un día difícil», confesó su abogado, Kevin Downing.

Hace tres semanas en Virginia, Manafort recibió un enorme varapalo tras ser declarado culpable de ocho delitos por fraude bancario. La condena podría llevarlo a la cárcel el resto de sus días, pero ahora tras pactar la cooperación con el fiscal especial, evita el juicio que estaba previsto para el 24 de septiembre y se fija una condena máxima de diez años de prisión.

Todo un jarro de agua fría para la Casa Blanca dada la cercanía de Manafort con el actual presidente de Estados Unidos durante marzo y agosto del 2016, período en el que la prensa desveló contactos directos entre los asesores de Trump y el Kremlin.

Lejos de reconocer cualquier tipo de preocupación, el abogado de Trump, Rudolph Giuliani, no tardó en distanciar al inquilino de la Casa Blanca del acuerdo de culpabilidad. «El presidente no hizo nada malo y Paul Manafort dirá la verdad», zanjó a través de un comunicado y en línea con un argumento recurrente: las pesquisas de Mueller son «una caza de brujas». «Esto no tiene absolutamente nada que ver con el presidente, o con su exitosa campaña», continuó la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders. Su objetivo es reafirmar que los cargos que enfrenta Manafort no están relacionados con su trabajo durante la campaña republicana, ya que son una consecuencia de su trabajo de asesor del expresidente de Ucrania Víktor Yanukóvich. Manafort se vio obligado a dimitir el 19 de agosto del 2016 por ocultar el cobro de 12,7 millones procedentes del dirigente ucraniano prorruso.

Las imputaciones, sin embargo, sí son consecuencia de las pesquisas rusas que Mueller comenzó en el 2017 ya que durante el curso de esas investigaciones, los fiscales encontraron diferentes delitos que aunque no tienen que ver con la intrusión de los rusos en las elecciones presidenciales, sí eran motivo para construir casos diferentes en contra de los acusados.