El candidato de Trump al Supremo, en peligro por un caso de acoso sexual

Adriana Rey NUEVA YORK / CORRESPONSAL

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Joshua Roberts | Reuters

El juez Kavanaugh y su acusadora aceptan testificar ante el Congreso

18 sep 2018 . Actualizado a las 10:22 h.

Donald Trump contaba con poder cumplir una de sus promesas electorales antes de las elecciones legislativas de noviembre: asentar una mayoría conservadora en el Tribunal Supremo de Estados Unidos. Esas intenciones penden de un hilo desde que el fin de semana Christine Blasey Ford acusase de una agresión sexual en los años 80 al juez nominado al alto tribunal Brett Kavanaugh. Ayer, Ford confirmó que está dispuesta a testificar ante el mismo Comité Judicial del Senado por el que debería de pasar la confirmación del magistrado, un movimiento que aplaudieron los demócratas y varios republicanos.

El acusado no tardó en recoger el guante. «Esta es una acusación absolutamente falsa. Nunca hice algo como lo que [Ford] describe, ni a ella ni a nadie», aseveró Kavanaugh en un comunicado emitido por la Casa Blanca. «Estoy dispuesto a hablar con el comité del Senado de la forma que se considere apropiado para refutar esta acusación falsa de hace 36 años», agregó.

Kavanaugh tomó la decisión después de que los senadores conservadores por Arizona y Tennessee, Jeff Flake y Bob Corker, se unieran a la oposición para instar a un retraso de la votación sobre su confirmación prevista para este jueves. También Susan Collins, senadora republicana por Maine, que dudaba si apoyar o no al nominado de Trump, aseguró que «ambos, Ford y Kavanaugh deberían testificar bajo juramento ante el Comité Judicial». Hasta la asesora del presidente, Kellyanne Conway, manifestó que el testimonio de Ford «no debería ser ignorado». «Hay mucha información que no conocemos y el FBI debería de tener tiempo para investigar este material», añadió la veterana senadora demócrata Dianne Feinstein.

Las represalias

Las reacciones se produjeron un día después de que The Washington Post publicara un artículo en el que por primera vez ponía nombre y apellidos a la autora de una acusación que ya había divulgado el pasado julio a través de una carta anónima. Christine Blasey Ford, una profesora universitaria de Psicología de 51 años, desveló que durante una fiesta de secundaria, Kavanaugh, «completamente borracho», la acorralaron en una habitación e intentaron mantenerla a la fuerza en una cama para tocarla e intentar arrancarle la ropa. Según la mujer, cuando ella gritó para pedir ayuda, el joven le tapó la boca. Pudo escapar cuando supuestamente un amigo del hoy juez, saltó sobre ellos. «Ahora siento que mi responsabilidad cívica supera mi angustia y terror por las represalias», cuenta en el Post.

La abogada de Ford Debra Katz aseguró que su cliente considera que estas acciones fueron un «intento de violación». «Ella cree que si no hubiera sido por la embriaguez de Brett Kavanaugh, habría sido violada», reveló Katz en NBC tras advertir sobre las consecuencias que su defendida deberá afrontar. «Ella está diciendo la verdad, incluso se sometió al detector de mentiras», reveló.