Trump defiende a su candidato al Supremo ante las acusaciones de abuso sexual

Adriana Rey NUEVA YORK / CORRESPONSAL

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OLIVER CONTRERAS | Efe

19 sep 2018 . Actualizado a las 07:40 h.

A menos de dos meses de las elecciones legislativas de EE.UU., un nuevo escándalo amenaza a los republicanos. El nominado de Donald Trump al Tribunal Supremo, Brett Kavanaugh, y la mujer que lo acusa de una agresión sexual en los años 80 Christine Blasey Ford, testificarán el lunes ante el Comité Judicial del Senado después de que se pospusiese la votación. «Me siento muy mal por Kavanaugh», lamentó Trump ayer. Defendió a su nominado y se quejó de que el FBI vaya a estar involucrado en las pesquisas teniendo en cuenta que no hay crimen federal. El presidente optó por posicionarse públicamente porque una mayoría conservadora en el Supremo será uno de los legados que deje como presidente.

La acusación contra Kavanaugh podría tener importantes repercusiones en los comicios de noviembre. En la actualidad, este tipo de casos se encuentran muy cuestionados socialmente por lo que era inviable que los republicanos fuesen a descartar el testimonio de Ford, como lo hicieron con Anita Hill en 1991 tras denunciar al magistrado del Supremo Clarence Thomas.

Ahora las opciones pasan por tres escenarios. En primer lugar que el Senado proceda normalmente y confirme a Kavanaugh tras los testimonios, en segundo lugar que se posponga la votación hasta después de los comicios de noviembre (algo poco probable ya que los republicanos se juegan la mayoría en ambas cámaras) y en tercer lugar que Kavanaugh se retire, algo que ya han pedido los demócratas y que obligaría a los conservadores a reiniciar todo el proceso.

Acusaciones a China

En medio del caso Kavanaugh, Trump elevó la tensión con China tras acusarle de intentar influir en las legislativas a través de ataques a sus «granjeros y trabajadores industriales». Su denuncia se produjo después de que el gigante asiático anunciase la imposición de aranceles por un valor de 60.000 millones de dólares a productos estadounidenses. Fue su respuesta a una embestida previa del magnate, que el lunes anunció la imposición de aranceles de un 10 % sobre la importación de bienes chinos.