Tras la pandemia del coronavirus, ha aumentado el interés por nuevas formas de elaboración de los alimentos que nos hacen sentirnos más seguros

Como parte de la nueva normalidad post pandémica, muchas personas se han tomado muy en serio su salud y bienestar como elementos claves en sus vidas. Y uno de los aspectos que la gente busca mejorar para mantenerse sanos y seguros es la alimentación. De hecho, a medida que aumenta este interés, también lo hacen las nuevas tendencias en la cocina que cada día ganan más adeptos en búsqueda de nuevos productos y recetas que, además de conquistarnos el paladar, nos hagan sentirnos seguros ante un mundo cambiante.

Una de las tendencias actuales es el scratch cooking que se basa en la cocina casera hecha desde cero que incorpora ingredientes básicos, frescos y enteros, en lugar de productos procesados. Igualmente pone en valor a los granos integrales, frutas y verduras de temporada recolectadas en fincas cercanas a nuestra ciudad y con los cuales son posibles crear comidas muy nutritivas y deliciosas. Aunque no lo elimina del todo, también puede traducirse en menos consumo de carne. 

Los alimentos procesados se elaboran con congelados o ingredientes que ya no son frescos, a la vez que tienen poco sabor y preservan altas cantidades de conservantes que si los comemos en exceso pueden traernos problemas de salud. Por tanto, este nuevo método de cocción en cero significa que la comida se elabora con ingredientes frescos, los cuales son cocinados desde el principio hasta el final. Muchos restaurantes en el mundo, para darle un valor añadido a sus negocios también priorizan este tipo de elaboraciones para atraer a los clientes interesados en una oferta más natural.

Sin duda, los beneficios de esta práctica conlleva a la promoción de los comportamientos y hábitos alimenticios más saludables. La también conocida técnica de cocinar desde cero busca que eliminemos de nuestra dieta aquellos productos ultraprocesados con altas dosis de azúcares añadidos, hidratos de carbono y grasas saturadas, lo cual reduce los riesgos de padecer diabetes y problemas cardiovasculares en el organismo. 

Por si fuera poco, hay una gran gama de posibilidades y combinaciones de ingredientes para crear recetas increíbles con alimentos de producción local y cuyas raíces son la tradicional cocina de nuestros abuelos y con gran potencial nutritivo. En el núcleo de este tipo de preparados también está presente el uso de ingredientes básicos. 

Un ejemplo de recetas que podemos hacer con scratch cooking es esta crema de frutos secos casera, un plato fácil de hacer en el hogar que nos incentiva a evitar comprar aquellos alimentos preelaborados o en conservas. Además, es posible hacerlo en menos de 10 minutos. Igualmente, si buscamos crear un sabroso plato de pasta, podremos utilizar salsa de tomate hecho en casa, con mayores propiedades nutritivas y sin conservantes ni azúcares en su interior. 

El amor por lo local y la conexión emocional de las personas con este tipo de productos procedentes del mismo territorio donde residimos, también forman parte de este nuevo hábito, una manera también de efectuar las compras con mayor conciencia. Además este tipo de consumo representa un apoyo a los productores de la zona y promueve el comercio y la economía basada en lo local. Igualmente, como son alimentos cosechados en las cercanías, también se reduce el impacto al medio ambiente ya que la huella ecológica que produce su transportación y conservación disminuye considerablemente. Del mismo modo se promueve la agricultura ecológica sin productos químicos como fertilizantes dañinos o plaguicidas que puedan afectar los suelos, la vegetación y los animales del entorno rural.   

Si de productos locales hablamos viene muy bien hacer estas conservas caseras con escalibada de verduras, de alcachofas y mariscos. Una vez que aprendamos esta receta podremos incluir otros productos como el bonito del norte o el atún, así como los guisos.

Por tanto, hay una infinidad de platos que podemos cocinar en nuestros hogares con esta nueva técnica, la cual emplea productos también posibles de adquirir en nuestro supermercado de confianza, especialmente aquellos cuyos orígenes y propiedades nutricionales podremos conocer si hacemos una compra consciente y saludable. 

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