En Asturias se tiran cinco millones de euros anuales al inodoro

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Consorcio de aguas

El Consorcio de Aguas ha lanzado una campaña de concienciación sobre el mal hábito de tirar residuos al WC

08 nov 2018 . Actualizado a las 11:05 h.

Los europeos en general y los asturianos en particular hacemos un uso inadecuado de las instalaciones de nuestro baño, la mala costumbre de tirar por el inodoro toallitas higiénicas, bastoncillos y similares tiene unas repercusiones importantes, y no solo medioambientales. Desde el Consorcio de Aguas de Asturias, empresa pública cuyas infraestructuras se despliegan actualmente por 45 de los 78 concejos de la provincia y tiene encomendada la gestión de los sistemas de saneamiento declarados de «interés general y supramunicipal» en la región, se está promoviendo la campaña: Toallitas no, ¡no soy una papelera! para informar y concienciar a la población asturiana sobre las consecuencias que tiene el uso inadecuado del inodoro. La Asociación Española de Abastecimiento y Saneamiento AEAS, calcula que el sobrecoste por persona generado por este mal hábito es de entre cuatro y seis euros al año. Es decir, en Asturias esta cifra alcanza los cinco millones de euros anuales y en España aumenta a 230 millones.

El problema comienza en nuestras casas, cuando por el inodoro se tiran toallitas higiénicas, bastoncillos, algodones, compresas, preservativos, etc. Los primeros atascos se producen entonces en las propias viviendas o comunidades, luego en la conexión de las mismas con la red municipal de alcantarillado. El siguiente punto conflictivo se presenta en las compuertas, en los dispositivos de regulación de caudal y, fundamentalmente en las bombas, que impulsan el agua residual urbana hasta las depuradoras, las cuales sufren importantes atascos en elementos de impulsión con las consecuencias que ello conlleva. Cuando estos residuos llegan hasta las estaciones de depuración, también se generan atascos en diferentes puntos del proceso, principalmente en los tratamientos primarios.

Evidentemente tales atascos suponen un sobre coste económico ya que requieren tareas adicionales de mantenimiento y un incremento de los gastos de reparación y sustitución de los elementos y equipos afectados. Por otra parte estos residuos también pueden acabar en los ríos y en la mar, ya que cuando se producen fuertes lluvias, a través de los aliviaderos de los sistemas de saneamiento se originan alivios de una parte de las aguas residuales cuando se superan los caudales de diseño.

Por otro lado, también hay que tener en cuenta que las toallitas, que son las que más problemas generan, aunque estas sean biodegradables, necesitan unos 15 días para su biodegradación. Sin embargo, desde que usamos la cisterna de nuestra casa hasta que el agua sale de la depuradora hacia el cauce receptor correspondiente, pueden pasar unas 24 a 48 horas (dependiendo del tamaño de la red de alcantarillado, red de colectores y del tiempo de retención hidráulico de la depuradora). La naturaleza de sus componentes hace que la toallita no se disgregue durante la agitación a que se ve sometida en la red de saneamiento y tienda a engancharse y enredarse con otras toallitas u otros residuos que se pueda encontrar en su camino, provocando atascos y desperfectos en los elementos que componen el sistema de saneamiento. Todo este proceso ha supuesto un coste de disposición de estos residuos en el vertedero de COGERSA de 128.633 euros.