La competencia hipotecaria se lo pone fácil a los compradores a la hora de negociar condiciones

La Voz

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24 ene 2020 . Actualizado a las 12:36 h.

Es cierto. El panorama económico mundial no está pintando el mejor escenario. Diferentes conflictos comerciales entre países de todo el mundo, amén de la evolución de diversos sectores, están siendo indicativos de una más que posible crisis económica global que estallaría este mismo año. No son pocos los economistas que están apuntando a ello, y adelantando que hay que prepararse.

Pero eso no está afectando al sector de la vivienda, o al menos no en España ni tampoco de forma negativa. Tras un 2019 marcado por la inestabilidad en los precios del alquiler, algo que ha causado un gran descontento entre muchos sectores de la población y que ha venido acompañado de la declaración del Gobierno de imponer una regulación por ley, parece que la balanza inmobiliaria se va a decantar por otro lado. Este año la venta de viviendas es la que va a predominar en el sector, sobre todo por el freno a sus precios.

Tú lo sabes, porque precisamente llevas tiempo ahorrando para comprar esa casa que siempre has deseado y quieres dar el paso. Sin embargo, probablemente hay algo que no sepas. Se está llevando a cabo una auténtica guerra entre las diferentes propuestas hipotecarias del país, y eso es algo que no hace más que ponérselo fácil a los posibles compradores. ¿Por qué? Porque abre la puerta a la negociación de las condiciones de estas.

Dejando atrás el pago de la entrada, ese porcentaje previo a abonar para poder tener acceso a la compra de un inmueble, la obtención de una hipoteca siempre es algo a lo que temen los consumidores. Y es lógico, dado que se trata de una cantidad que puede superar los 100.000 euros a abonar durante mucho tiempo. Pero, ¿hasta qué punto se pueden cambiar las cosas en el panorama actual?

¿Realmente se pueden negociar las hipotecas en este 2020?

No solo se pueden negociar, sino que se deben negociar. Como en cualquier propuesta de compra y venta, los consumidores están en su derecho de negociar determinadas cláusulas de los préstamos hipotecarios para tener cierta ventaja e incluso ahorrar dinero en la compra de la vivienda.

Por supuesto, para esto antes hay que superar el pago inicial de la entrada del piso o la casa. Para ello, el consejo más útil es haber ahorrado previamente y así no tener que compaginar el pago de dos préstamos. Sin embargo, también es posible optar por alguna solución rápida como los préstamos rápidos que se encuentran en portales como Finbino para obtener el pellizco necesario para completar dicho pago.

Dejando eso a un lado, esencial para poder empezar, hay que pensar cuál es el panorama actual en materia de hipotecas. Cada banco tiene sus propias propuestas, aunque actualmente se pueden encontrar soluciones en forma de préstamos fijos con intereses al 1,55%, establecidos además en un plazo máximo de 30 años. Son una buena solución, y una que invita al que ya tiene una hipoteca a renegociar, y al que no la tiene a plantearlo como posible objetivo.

Comunicación con el banco, fundamental

Seas alguien que ya firmara una hipoteca en su momento, o alguien que vaya a firmarla ahora, es fundamental que mantengas una comunicación constante con el agente de la entidad bancaria con la que tienes o vas a tener tu préstamo. Lo es porque, para empezar, es con quien podrás plantear tus necesidades y buscar la forma de negociar las condiciones del contrato.

No todos los bancos son flexibles ante esta situación, aunque dado el panorama actual, la inmensa mayoría se prestan a ello. La competencia es altísima en el sector y, al haber tanta oferta, buscan la forma de asegurar clientes. ¿Cómo? Mostrando flexibilidad donde antes no lo hacían. Y eso, por supuesto, es ideal para que el consumidor pueda buscar la forma de maximizar el ahorro.

Es muy importante estar al tanto de cuestiones que afectan a la calidad del servicio ofrecido al cliente, y de cómo se debe proceder. Si una persona ya cuenta con una hipoteca de una antigüedad de, al menos dos o tres años, puede solicitar un cambio. En el caso de que este sea aceptado, se da lugar a lo que se conoce como novación, una modificación de las cláusulas del contrato.

En estas situaciones el proceso a seguir varía. Es posible que solo se busque cambiar el tipo de interés, para lo que solo habría que firmar un contrato privado. No obstante, si se busca algo más, ya habrá que proceder con la inscripción de la nueva hipoteca dentro del Registro de la Propiedad, volver a firmar escrituras y repetir gran parte del proceso inicial. Afortunadamente, eso no se traduce en más pagos extra. Si el banco los pide, tan solo hay que acudir a la más reciente Ley Hipotecaria.

Grandes rebajas en intereses, modificaciones en importes totales e incluso cambios en el tipo de hipoteca. Las negociaciones se pueden llevar a cabo, y más ahora, aunque teniendo en cuenta tanto los límites disponibles y, por supuesto, lo importante que es favorecer siempre la comunicación con la entidad bancaria.

Fuente: Coin Telegraph | 20 Minutos | Finbino