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No hay forma más auténtica de descubrir todos los secretos que esconde la Costa Cántabra que navegar en barco por ella

La zona de confort es un estado psicológico en el que las personas se sienten seguras. Vivir la vida en esta pequeña burbuja de seguridad puede estar bien por un tiempo, pero si desea seguir creciendo y disfrutar de nuevas experiencias, este no es un lugar para quedarse. Viajar es una de las mejores formas de salir de la zona de confort. Como decía San Agustín, “el mundo es un libro y los que no viajan leen solo una página”. Explorar el mundo es una experiencia reveladora que tiene la capacidad de desencadenar un crecimiento dramático dentro de las personas. Una experiencia que hace que las personas se sientan más completas.

Con la llegada del verano, las ganas de viajar se multiplican. No hace falta irse muy lejos para descubrir lugares tan fascinantes como la Costa Cántabra. Cantabria cuenta en total con 284 kilómetros de costa, que se extiende desde la ría de Tina Mayor, en el extremo occidental, hasta la Punta del Cobarón, el límite con el País Vasco en la parte oriental. Este litoral guarda muchos secretos entre naturaleza, acantilados, calas, playas salvajes y pueblos pesqueros. No hay forma más auténtica de descubrir todos los secretos que esconde la Costa Cántabra que navegar en barco por ella.

Los viajeros pueden encontrar numerosas empresas de alquiler de barcos, con o sin tripulación, para descubrir y disfrutar de una forma diferente de la Costa Cántabra, ya sea con una lancha, un velero, un catamarán o cualquier otro tipo de embarcación. Estos son los lugares que no te puedes perder.

La Península de Pechón

La Península de Pechón, que forman los ríos Deva y Nansa al llegar a su desembocadura en el Mar Cantábrico, es uno de los lugares más espectaculares de la Costa Cántabra. Situado cerca del Principado de Asturias, este recóndito lugar es un pequeño paraíso terrenal que esconde secretos como la playa de Aramal, una de las mejores playas de Cantabria para descubrir en barco. Su complicado acceso a pie hace que sea una playa desconocida para muchos viajeros, por lo que presenta un bajo grado de ocupación.

La Costa Quebrada

La Costa Quebrada se extiende a lo largo de 20 kilómetros de litoral situados entre la península de la Magdalena de Santander y la playa de Cuchía, en Miengo. Se trata de la costa más salvaje de Cantabria y está repleta de imponentes acantilados, arcos, calas recónditas, rocas calizas, estuarios, islotes y farallones. Un paisaje salvaje que presenta un conjunto único de formas litorales y rasgos que permiten a los viajeros comprender la historia geológica de esta tierra. Sin duda, un conjunto geológico de un incalculable valor natural.

El Faro del Caballo

Situado en Santoña, uno de los pueblos costeros más bonitos de Cantabria, el Faro del Caballo es un lugar que los viajeros no se pueden perder. Construido en 1863 por los presos del Cuartel del Presidio, el faro está ubicado sobre los acantilados del Monte Bucier. Los viajeros tienen la posibilidad de contemplar el faro desde el barco, disfrutando de uno de los enclaves más icónicos de Cantabria.