Un aviso para toda Europa

Laureano López
Laureano López CAMPO DE BATALLA

OPINIÓN

16 jul 2016 . Actualizado a las 09:13 h.

Turquía no es un país cualquiera ni un conflicto cualquiera. Lo que allí sucede y suceda, en ese puente entre civilizaciones de altísimo valor geoestratégico, trasciende lo local. De ahí la prudencia con la que tanto Europa como los Estados Unidos reaccionaron en las primeras horas al golpe de anoche, situándose como meros espectadores de los acontecimientos. Más tarde, Obama se decantó por Erdogan y la democracia. El golpe había entrado en vía muerta. El país, 80 millones de personas, 685.000 soldados, es miembro de la OTAN y mantiene un pulso con Rusia, Arabia Saudí e Irán por el control de Siria. Dicha pertenencia convierte lo que suceda en el Bósforo en un potencial conflicto para toda la organización, que también está en tensión con los rusos por la zona del Báltico. La situación es enormemente desestabilizadora. Tanto, que puede empequeñecer el conflicto sirio. El levantamiento de parte del Ejército, tradicionalmente laico y democrático, se explica precisamente por ese laicismo, que le ha llevado a dar en su nombre cinco golpes de estado en apenas 50 años. Un laicismo que colisiona de frente con la política del presidente Erdogan, embarcado en una deriva neo-otomana, un proceso de musulmanización que divide a la sociedad turca, y que, al menos anoche, parecía decantarse de su lado. A pesar de no haber sido admitido en la Unión Europea, el problema de Turquía es también el problema de Europa, y no solo porque Turquía es, quiera o no la UE, también Europa. En el país hay más de dos millones de refugiados, en su mayoría sirios, a los que los turcos están conteniendo, primero, por razones interesadas, pues el país necesita mano de obra cualificada y, segundo, por razones crematísticas: paga la UE. Es pues, Europa y el egoísmo de Europa lo que también está en juego. La desestabilización del país tendría como consecuencia inmediata la desestabilización del continente, de dos continentes. El levantamiento de anoche es un aviso no solo para Turquía y para Erdogan. Es un aviso muy serio para toda Europa.