Einstein y su teoría del amor

Sandra Faginas Souto
Sandra Faginas MIRA Y VERÁS

OPINIÓN

02 may 2017 . Actualizado a las 07:44 h.

Hay que aplaudir el debut de Genius, la serie de National Geographic sobre Albert Einstein, que se estrenó con acierto la semana pasada. Una aproximación al premio Nobel desde un punto de vista mucho más enriquecedor por cuanto se adentra en las peripecias vitales de Albert para intentar desentrañar la vida de Einstein. Dejando de lado la caricatura de trazo grueso para ahondar en el lado más pasional del genio, sus enredos amorosos, sus relaciones familiares y enfrentar la lucha de quien no encajaba en un sistema académico encorsetado y caduco. La forma de presentar a los dos Einstein, en dos momentos temporales, con dos protagonistas -Geoffrey Rush y Johnny Flynn-, duplica esa vertiente original de la ficción que, sin ser un bombazo, atrapa al espectador desde el comienzo. Nada de un Einstein metafísico, enredado en sus notas o planteándose un nuevo teorema. No. O no solo eso. La primera escena es elocuente: él apoyado en una pizarra dando rienda suelta al amor con su secretaria para esclarecer su visión de la monogamia: «No es natural, es una construcción de la autoridad religiosa, bien se puede amar a Mozart y a Bach». Ese arranque es toda una declaración de intenciones con la que el mismo director de Una mente maravillosa, Ron Howard, abre otra mente maravillosa. Merece la pena ver Genius y descubrir qué azar marcó la verdadera suerte de Albert Einstein.