Por algo le han dicho siempre que es el dueño del cortijo y por algo sigue siendo imbatible como presentador de realities. Jorge Javier ha vuelto a la televisión después del ictus con más ímpetu y con el desparpajo que tanto le caracteriza para llenar el plató. El jueves volvió a dejar mudos a los espectadores con una bronca de esas que dejan helado a cualquiera sin que le temblara un segundo la voz. Jorge Javier puso de vuelta y media a Encarna y Toñi Salazar, las Azúcar Moreno, por tomarse de pitorreo su estancia en la isla de Supervivientes. Pero sobre todo por tomarse a chufla al público. Hacer entretenimiento no es un tema menor y Jorge Javier, después de 20 años dando la cara ante las cámaras, maneja como pocos los ritmos de un show que es complicadísimo tensar. Con esa implicación de quien no baja la guardia jamás, ni siquiera en la entrevista más chorras que le puedan poner delante, se ha plantado de nuevo delante de la audiencia para ser el número uno. No hay quien le tosa a Jorge Javier ahora mismo en televisión haciendo espectáculo, llevando a extremo a los concursantes con humor, sacando un genio de domador de fieras cuando el circo se le hace enorme y controlando minuciosamente los desmanes de los colaboradores experimentados en hacer ruido. Cumplir ese esfuerzo veinte años sin aflojar es lo más parecido al éxito.