El legado

Diego Valiño
Diego Valiño REDACCIÓN

OPINIÓN

25 oct 2019 . Actualizado a las 17:13 h.

Ayer, 24 de octubre de 2019, fue un día histórico. Ganamos los demócratas de verdad y, aunque queda mucho camino por recorrer, hemos hecho de España un país un poquito mejor. Franco ya no está en Cuelgamuros, en el Valle de los Caídos, y espero que el próximo paso a dar sea la desacralización y que el lugar se convierta en un centro para la memoria con el fin de recordar el buen legado de los que sí creyeron en la libertad y vieron su vida truncada por la barbarie fascista. 

Muchos ayer veían un gran paso la salida del dictador pero a la vez lo catalogaban como la punta del iceberg. Bien, 44 años después de su muerte estaremos de acuerdo que todavía hay muchas cosas que cambiar. Lamento mucho una vez más ver sobre todo a dos partidos, como son el PP y Ciudadanos, desacreditando un día tan importante y esperado en nuestra democracia. Parte de la culpa en que todo vaya lento es precisamente que la derecha de este país sigue sin desprenderse de ese legado franquista que tristemente le da votos e influye en su toma de decisiones. Y es verdad que su electorado más ultra está cada vez más situado en Vox, pero no por ello lejos de celebrarlo se ve que muy contentos no estaban.

Estoy feliz como español de que desde ayer el Valle de los Caídos ya no sea un lugar de glorificación del franquismo. También estoy orgulloso que haya sido una vez más el PSOE el partido que ha movido hilos y ha hecho realidad esta acción. La decisión del Gobierno de Pedro Sánchez, recogiendo el legado de la Ley de Memoria Histórica de Zapatero, es digna, justa, necesaria y primordial para nuestro avance democrático. Enhorabuena a quienes trabajasteis y luchasteis por este momento, y todo mi apoyo para que se siga buscando a los desaparecidos en las cunetas y otros sitios de nuestra geografía. No se trata de abrir heridas, sino seguir cerrándolas.