¿Puede el covid cambiar el pasado de la UE?

Diego López Garrido LUCHA CONTRA EL CORONAVIRUS

OPINIÓN

Pilar Canicoba

22 may 2020 . Actualizado a las 12:57 h.

Quizá parezca extraño que un virus pueda cambiar el pasado. Todo lo más el futuro. Pero, ¿el pasado?

Sin duda, salvo por Marty y Doc en la divertida trilogía cinematográfica Regreso al futuro, los hechos no se pueden cambiar a posteriori. Sin embargo, sí se puede transformar la perspectiva desde la que se contempla ese pasado y, en consecuencia, su interpretación, su valoración y su juicio. A eso me refiero cuando afirmo que el covid-19 puede cambiar el pasado de la UE.

La Unión Europea se consolidó como icono de los europeos y como fuerte referencia para sus países miembros, treinta años después de su nacimiento, en el contexto de la inesperada implosión del bloque de la Unión Soviética y los países de Europa del este. Precisamente, en esos momentos la Unión Europea decide aprobar el Tratado de Maastricht y, simultáneamente, se produce el paso a una Unión con vocación política; la creación de la Unión Económica y Monetaria con una moneda única; la ampliación de la Unión en diez países y, sobre todo, la reunificación de Alemania, que es como decir la reunificación de Europa. Así que una Unión que en 1957 nació para evitar otra guerra continental, para alimentar a su población y para establecer las cuatro libertades económicas, tres décadas después aparece como el proyecto político más poderoso del siglo XX.

Este proyecto -ya realidad- entró en el siglo XXI con una gran seguridad. Porque era inconcebible que pudiera dar marcha atrás. Y porque la prosperidad europea y sus valores -democracia, libertades y estado de derecho- poseían una legitimidad avasalladora.

Ese era el pasado de la Unión en los comienzos del milenio. Una imagen formidable. No podíamos prever lo que nos depararía el nuevo siglo. Dos crisis escalofriantes. La primera, la Gran Recesión, estuvo a punto de destruir todo lo avanzado en el medio siglo anterior. En algún instante se temió por la supervivencia del euro.

La segunda crisis, la del covid-19, está siendo aún peor. Es una pandemia que se ha llevado ya 150.000 vidas en nuestro continente. Que ha paralizado en seco la economía. Que ha lanzado al paro a millones de trabajadores en todo el mundo. Que ha obligado a déficits enormes y, por tanto, a un gigantesco endeudamiento que desborda la capacidad financiera de un Estado. Desde luego, de España.

¿Podríamos salir de esta sin la Unión Europea? Indudablemente no.

¿Se podría llevar por delante a la UE esta crisis? Seguramente sí.

¿Cambiaría la valoración del pasado de la UE por una no suficiente implicación de la misma en la reconstrucción y recuperación de Europa? Con toda probabilidad.

Si la Unión no sale del estado dubitativo en que se encuentra en estos mismos días, peligra seriamente todo el acquis acumulado durante más de 60 años. O sea, su pasado.

Por esa razón es tan relevante la estrategia que la Unión, sus instituciones y sus gobiernos adopten para enfrentarse con resolución y cohesión al desafío del covid-19. Si no lo hace, Europa perderá su élan vital, que diría Bergson, y pasará a convertirse en irrelevante. No solo hacia el futuro, sino hacia su hasta ahora brillante pasado, que se verá y sentirá como el fracaso de varias generaciones. Y eso será una pérdida incalculable que no queremos sufrir.

?Si la Unión no sale del estado dubitativo en que se encuentra en estos días, peligra seriamente todo el «acquis» acumulado durante más de 60 años. O sea, su pasado.