¿Vuelta al cole y riesgo de rebrotes?

Fernando Álvez FIRMA INVITADA

OPINIÓN

Ricardo Rubio - Europa Press

25 jun 2020 . Actualizado a las 09:25 h.

Desde las primeras noticias sobre las infecciones por el virus SARS-CoV-2 en China, la comunidad médica ha asumido que no es otro virus respiratorio cualquiera. En la población infantil el riesgo de infectarse es similar que a cualquier edad y en la mayoría la enfermedad es benigna o moderada, e incluso de forma asintomática. Esta bondad dejó felizmente desconcertados a clínicos, epidemiólogos e investigadores aunque resaltando que los niños aún con síntomas leves o asintomáticos se comporten como propagadores silenciosos y que repunte el número de personas infectadas cuando se reanude la actividad escolar. Según estudios realizados (y alguno no bien documentado) muy raramente los niños son casos iniciales de la infección y hasta ahora la mayoría ha formado parte de un brote en su hogar contagiados por adultos infectados, sugiriendo que los niños no son un selecto reservorio.

La cuantía de la carga infecciosa del virus en el tracto respiratorio condiciona la transmisión. El epitelio nasal es quizás el primer punto de contacto del cuerpo humano y receptáculo del virus, donde la expresión de los receptores ECA2 que necesita para replicarse es significativamente menor que en el epitelio nasal de los adultos. En la edad infantil lo habitual es una infección inicial del tracto respiratorio más leve y efímera, con mínima difusión viral, aun siendo evidente su replicación. Pero la concentración del ARN del virus así como su multiplicación es mayor en la primera semana, cuando más contagioso será el niño. A partir del octavo día la carga viral baja a un umbral en que el éxito de cultivar un virus activo capaz de replicarse se aproxima a cero. Pasados estos días la positividad del test PCR («restos») en secreciones respiratorias no significa necesariamente la presencia de un virus infectante. Tal comportamiento condiciona la actividad del SARS-CoV-2 y mitiga su transmisión en niños y más si son asintomáticos

Los niños infectados asintomáticos potencialmente transmisores, crean incertidumbre sin estar claro su riesgo real de contagio a otras personas y en qué medida contribuye a la pandemia. Un estudio de 110 niños atendidos en un hospital de Wuhan (China) mostró en los asintomáticos una propagación desde la nasofaringe significativamente más corta que en los sintomáticos y un aclaramiento más rápido del virus destacándolos como de menor riesgo de transmisión

El enfoque de la venidera actividad escolar es con cautela y especial atención hacia el comportamiento de un virus nuevo no suponiendo un retorno definitivo a una normalidad con incógnitas. Hay pocos estudios sobre la difusión del virus desde los colegios a la comunidad y alguno actual señala que es exigua, mucho menor que con otros virus respiratorios como la gripe. La reapertura escolar ofrece también un impacto más bajo en la tasa de reproducción del virus (valor R) que la atenuación de las medidas de distanciamiento personal y confinamiento de la población

Es esencial mantener un estado de salud óptimo de todo el personal adulto de los centros y los propios niños. Aquellos con catarros significativos deben quedarse en su domicilio al menos 8 días si no se descarta una infección por SARS-CoV-2. Eliminemos potenciales enemigos con el requisito de esquemas vacunales cumplimentados y por la estación propicia es razonable vacunar a todos los integrantes del colegio (niños y adultos) frente a la gripe

En el momento actual los niños sanos no deben ser señalados necesariamente como eficientes transmisores.