Fue el 25 de mayo de 1808 un grito de libertad y de toma de conciencia de la sociedad civil asturiana de su propia identidad y fortaleza.
Una sociedad como la actual, en un régimen político aconfesional y que desde IU aspiramos que además llegue a ser laico, no tiene sentido mantener vinculada la celebración del Día de Asturias con la fecha señalada para la invocación de un credo religioso que no representa a todas las ciudadanas y ciudadanos de nuestra Comunidad Autónoma.
El 25 de mayo es, sin duda, un hito histórico y su conmemoración la ocasión ideal para celebrar el Día de Asturias, garantizando una celebración laica como se merece una sociedad plural como la de Asturias y en la que todas las personas que creen en la democracia se sentirían representadas sin exclusiones de ningún tipo ajeno a lo que debe ser una celebración civil.
Autora
Ángela Vallina Diputada y portavoz de IU en la Junta General del Principado
EN CONTRA
25-M. Más respeto para la Junta y menos folclore narcisista
Adrián Barbón ha planteado conmemorar anualmente el 25 de mayo, seguramente en la creencia narcisista de conseguir un beneficio en su imagen pública, promoviendo una fecha histórica que representa la unión de los asturianos en torno a la Junta General, la institución que hace 212 años aglutinó el sentimiento de todos contra el invasor francés, que lo hizo antes que ninguna otra región española, y sobre todo que hoy simboliza la soberanía popular asturiana y su parlamento, la voz de todos nosotros.
Lo cierto es que Adrián Barbón se equivoca en el momento, porque las prioridades de un millón de asturianos pasan por la crisis sanitaria y el desplome del empleo. Con 128.000 personas en las listas del paro, y con más de 49.000 puestos de trabajo en riesgo de desaparición en lo que queda de año, su Gobierno debe de acordar medidas urgentes y contundentes cuanto antes. Ya llegan tarde y él lo sabe.
Se equivoca también en el tono, pues lo de celebrar «algún tipo de conmemoración histórica», suena a que le interesa más lo folclórico que el significado profundo de ese día. Y en cualquier caso, es una frivolidad para todos los asturianos que hoy, ven en riesgo su modo de vida y para los de hace dos siglos, que arriesgaron la suya por defendernos a todos.
Y se equivoca en las intenciones, no disimuladas por destacados miembros del PSOE autóctono o por parte de la izquierda que habitualmente apoya su Gobierno, como es la de desplazar con otra fecha alternativa al 8 de septiembre, Día de Asturias y fiesta regional, por su inseparable connotación religiosa ligada al día de la Virgen de Covadonga.
Pero sobre todo, al margen de las equivocaciones del presidente, el anuncio que realizó es esta misma semana supone un desprecio infinito a la Junta General de Principado, un parlamento regional ninguneado por Adrián Barbón desde el inicio de su mandato. Y para muestra un botón: en el último año Adrián Barbón aprobó 70 decretos a todos los asturianos, y no tramitó (con excepción del Presupuesto) ni una sola ley en el parlamento asturiano.
Sin duda, como dijo nuestra portavoz Teresa Mallada, menos samba y mas trabajar, pero también menos desprecio al parlamento y más leyes y acuerdos con los representantes de los asturianos.
AUTOR
Pablo González Diputado y portavoz adjunto del PP en la Junta General del Principado