Vamos a tener que reenfocar la cámara de nuevo y darles más voz a los niños en esta vuelta al cole. Vamos a tener que rendirnos a todas sus lecciones después de que ya durante el confinamiento nos demostrasen que van siempre dos pasos por delante de los adultos. Ellos se han adaptado a la nueva realidad con mucho más encaje, sentido común y dinamismo que nosotros. Lo hemos visto esta misma semana en la tele, en boca de la niña valenciana que en su primer día de clase resumía el uso de la mascarilla en una frase que hemos repetido como una lección de vida: «No puedes respirar del todo; no pasa nada; es mejor eso que morirse». Los niños, lo comprobaremos ahora también, nos enseñarán que cumplen mucho mejor que los mayores y demostrarán que los que están equivocados son aquellos que siguen sin contar con ellos, los que los ignoran por mucha importancia que crean que les dan de puertas afuera. Han pasado seis meses desde que tuvimos que encerrarnos en casa, pero seis meses después algunos coles y todos los institutos están paralizados porque «los mayores» no han tenido tiempo de organizar lo que se sabía desde hace seis meses. Insisto en el 6 porque es un número relevante. No me imagino a ningún hospital ni a ninguna empresa bloqueada seis meses después. Pero la educación, que afecta, qué curioso, a los niños, puede retrasarse sin temor. Y algunos aún quieren darles lecciones...