He aquí, pase lo que pase, el rostro de la América desencajada de Trump, el legado del 45 presidente de los Estados Desunidos de América: la perfecta crispación, si es que la crispación se pudiera adjetivar así. ¡Parad el recuento! Es probable que esta mujer, pancarta al cielo «for Trump» a las puertas del Centro de Convenciones de Pensilvania, no quiera saber de recuentos oficiales porque su recuento oficial es el que dicte Donald Trump. El tuit de Donald Trump. He aquí a una soldado perfecta del ejército republicano, pañoleta con las barras y estrellas anudadas al cuello. En este casi fotograma de cine mudo se puede escuchar de fondo el grito de Donald Trump ¡Parad el recuento!, su Rosebud al borde del abismo político. Con este destrozo colectivo, la democracia convertida en sospechosa habitual, a ver quién hace América grande, otra vez. Pase lo que pase, pase quien pase al despacho oval, el daño ya está hecho.
