Las joyas de la arquitectura contemporánea ovetense se dejan dibujar en digital

J. C. Gea OVIEDO

OVIEDO

«Oviedo, el letargo del dibujante», de Francisco Suárez, ofrece en Trascorrales una singular visión del patrimonio arquitectónico de la ciudad en una muestra concebida por el arquitecto Carlos Casero

01 sep 2017 . Actualizado a las 17:25 h.

Oviedo está, desde hoy, a la vez dentro y fuera de la Sala Trascorrales. Al menos, una parte muy representativa de la arquitectura que creció en la ciudad y le imprimió una parte esencial de su carácter contemporáneo a lo largo del siglo XX y lo que va del XXI. Las joyas del modernismo arquitectónico, el racionalismo, el Movimiento Moderno y otras corrientes que brillan -para quien quieran reparar en ellas- en calles y plazas ovetenses son protagonistas también ahora en el interior del antiguo mercado como parte de una muestra singular: Oviedo, el letargo del dibujante. La muestra reúne una colección de 17 dibujos digitalizados obra de Francisco Suárez Moreno integrados en un singular proyecto expositivo obra del arquitecto Carlos Casero, como fruto de la colaboración entre el Ayuntamiento de Oviedo y el Colegio Oficial de Arquitectos de Asturias. Pero, más allá del mero disfrute artístico, es también una incitación a descubrir la parte «quizá más frágil, menos conocida y menos valorada» de la arquitectura ovetense, según ha destacado en la inauguración la decana de los arquitectos, Sonia Puente Landázuri.

Delineante de formación y dibujante relativamente tardío, el autor de los dibujos emplea una técnica que, a base de líneas claras y colores planos con algo de la plasticidad del pop-art, sintetiza y resalta las cualidades plásticas de algunas de esas arquitecturas que «nos miran, pero a veces no miramos», en palabras del alcalde de Oviedo, Wenceslao López. Estos «contenedores de nuestras vidas» -son también palabras del regidor- se presentan en la exposición integrados en un recorrido complementado con paneles informativos y en un escenario concebido por Carlos Casero como una suerte de «Oviedo en miniatura», con luces cambiantes como las del día y sonidos que integran las piezas en un conjunto, al igual que los edificios se integran en la ciudad.

Ese recorrido no concluirá con el cierre de la muestra, el próximo día 24. Su capacidad para poner ante los ojos de los vecinos y de los visitantes ese patrimonio -que, según ha advertido Sonia Puente, quizá con los siglos pueda ser tan estimado y mimado como la mismísima catedral de Oviedo-, tendrá continuidad con la incorporación del material a las rutas de turismo por la ciudad. Lo ha adelantado el concejal de Cultura, Roberto Sánchez Ramos, que asegura así el «aprovechamiento permanente» de las obras de este dibujante luanquín que decidió hace unos años salir de lo que llama su «letargo»; y que ahora sacará también, de algún modo, del suyo a algunas de las más brillantes piezas de la arquitectura que los ovetenses miran todos los días, pero puede que aún no hayan visto del todo.