El ayuntamiento de Martínez Almeida dedica 50.000 euros a la restauración del monumento al famoso militar
14 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Al ayuntamiento de Madrid, que dirige José Luis Martínez Almeida (PP), no le gustaba que la escultura de un ilustre ovetense estuviera sucia, deteriorada y en el olvido. Por eso dedicó casi 50.000 euros a restaurarla y los trabajos finalizaron hace unas semanas. Se trata del monumento a Luis Noval Ferraos (conocido como El cabo Noval), obra del escultor Mariano Benlliure situada en la plaza de Oriente de la capital. No es el único ornato urbano que ha recuperado Madrid, pero sí supone una parte muy importante del dinero que dedicó el año pasado a monumentos escultóricos (168.000 euros en total).
Según señala el ayuntamiento madrileño, «el monumento presentaba suciedad biológica y ambiental que requería de una actuación urgente para garantizar su conservación. Tras el estudio de las patologías, se han aplicado tratamientos de limpieza, sellado, consolidación e hidrofugación de elementos pétreos, se ha procedido a la eliminación de la suciedad y, finalmente, se ha proporcionado un tratamiento de protección al bronce de la escultura».
Todas estas actuaciones siguen los criterios de intervención, aseguran desde el consistorio, «impulsados por organismos nacionales e internacionales en materia de restauración». También se ha colocado una verja perimetral para evitar el «contacto directo» con el monumento para protegerlo.
El monumento al cabo Noval representa su figura en bronce, caminando hacia el campo de batalla en la guerra del Rif. Está sobre un pedestal en forma de pirámide truncada labrada superpuesta a otra lisa, apoyadas ambas sobre una serie de tres peldaños de granito. En el frente y en lateral derecho hay un relieve ya deteriorado en el que se explica la escena de la caída del cabo Noval, que aparece en primer término y de espaldas. A ambos lados, soldados españoles disparan contra las tropas enemigas.
Luis Noval Ferrao (1887-1909), conocido como cabo Noval, formó parte del Regimiento Príncipe nº 3 en la campaña de Marruecos de 1909 y destacó por su valor en la Guerra de Melilla. Le fue concedida la Cruz de San Fernando a título póstumo. Su hazaña ocurrió en la madrugada del 28 de septiembre de 1909 cuando, al estar de guardia en la defensa del campamento en el Zoco de Had Benisicar, fue apresado por un grupo de fuerzas enemigas que se habían acercado pasándose por españolas. El cabo logró avisar a sus compañeros, que pudieron defender el campamento y recuperar el cuerpo del militar.
«Junta de señoras»
Según el ayuntamiento, para costear el monumento se formó en 1909 una Junta de Señoras bajo la presidencia de la reina Victoria Eugenia. Para recaudar los fondos necesarios, la marquesa de Esquilache organizó una fiesta. A la recaudación contribuyó también el escultor Mariano Benlliure, quien al recibir el encargo aportó la suma que faltaba para terminar el monumento. La inauguración tuvo lugar el 8 de junio de 1912, con asistencia del rey Alfonso XIII y la familia real.
Continúa la errata en el nombre
Como anécdota, el mismo ayuntamiento persiste en la errata habitual del segundo apellido del cabo Noval, que designa como «Terros» y que, en realidad, era Ferrao. La transcripción errónea en la condecoración del militar ovetense fue la que originó la confusión que nunca se ha corregido.
