A Hollywood se le está rompiendo el amor

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Joel Ryan

LOS GUAPOS DE LA PANDILLA El ritmo de separaciones entre los actores de la Meca del cine no para. Después de Brangelina, Naomi Watts y Liev Schreiber han puesto fin a más de una década de relación. Diane Kruger y Joshua Jackson, hace unos meses. ¿Y si el nuevo ejemplo de estabilidad es George Clooney y su todavía joven matrimonio?

01 oct 2016 . Actualizado a las 19:12 h.

Se nos están divorciando estrellas por encima de nuestras posibilidades. Como a la Jurado, en Hollywood se les rompió el amor de tanto usarlo, y los últimos han sido Naomi Watts y Liev Schreiber. Después de 11 años juntos y con dos hijos en común, los actores hicieron público un curioso comunicado en el que afirmaban que habían entendido que para seguir adelante como familia, debían romper como pareja. Es una lástima que el común de los mortales no emita comunicados cuando rompen, porque se han convertido en un género literario en sí mismo.

CAMBIO DE PAPELES

Dice una compañera que no es que el mundo del cine se haya vuelto loco, no. Es que los demás no tenemos pasta para divorciarnos. ¿Pero qué está pasando para que el paradigma de las nuevas relaciones sean las (casi) recién estrenadas de George Clooney y Michael Fassbender?

Hubo un tiempo en que George Clooney y Brad Pitt eran como esos dos prototipos de amigos que todo el mundo ha tenido en su pandilla. Clooney vivía con orgullo su condición de soltero de oro, una de esas expresiones casi medievales en las que el imaginario popular convierte a las mujeres en una especie de radares con piernas a la caza del codiciado hombre libre. Guapo, famoso, rico, interesante. Una bicoca, vamos. Su amigo Brad, después de una juventud de guaperas salvaje, pasó de la turbadora Juliette Lewis a la etérea Gwyneth Paltrow, y se casó con Jennifer Aniston para convertirse en la pareja más rubia y guapa de Hollywood. Ahora, pasados los 50, Clooney es el que se pasea luciendo alianza y matrimonio estiloso, mientras Pitt, superado también el medio siglo, vive desde hace dos semanas en medio de un cruce de acusaciones que van del maltrato infantil al adulterio, pasando por el abuso del alcohol y la marihuana. Doce años con Angelina Jolie, seis hijos y una fortuna después, su perfecta vida se ha ido a freír churros mientras su amigo George celebra su segundo aniversario de la mano de una abogada de prestigio.

La Meca del cine nunca ha sido un jardín de estabilidad amorosa. Pero esta segunda mitad del año ha venido a arrasar el ya de por sí inestable jardín. Primero fueron Diane Kruger y Joshua Jackson. Con un comunicado común y muy directo («han decidido separarse y quedar como amigos»), ponían fin a diez años de relación muy alejada de los focos, excepto por sus apariciones en cuanta alfombra roja tenían a mano, en un desfile de estilo que en esta década los había convertido en una de las parejas más estilosas de la pantalla. A él lo vamos a ver en un par de meses enredado otra vez en los líos adúlteros y sentimentales de la serie The Affair. Y ella se ha convertido en protagonista involuntaria del cotilleo del año: es la primera mujer de la actual pareja de Marion Cotillard, el director y actor francés Guillaume Canet? ya lo ven, todos los caminos llevan a Pitt.

Y esta semana, Naomi Watts y Liev Schreiber ponían fin de forma repentina a su relación. Durante el mes de septiembre recorrieron los festivales de Toronto y Venecia para presentar su última película, The Bleeder. En la gala de los Emmy, Schreiber se llevó a su hijo mayor, Sasha, de acompañante. Ella compartió la imagen, orgullosa. Y hace solo un mes, el protagonista de Ray Donovan colgó en Instagram la última foto de ella, con este pie: «Ay dios mío». Así, en castellano. Ay dios mío. A ver si eso es lo que piensan estos días Sarah Jessica Parker y Matthew Broderick, Will Smith y Jada Pinkett, Kevin Bacon y Kyra Sedgwick, Tom Hanks y Rita Wilson... porque sí, aún quedan parejas de larga duración en Hollywood.