La estremecedora clase de Historia sobre el Muro de Berlín que impartió Meritxell a sus compañeros de Gran Hermano

F. B. F. LA VOZ

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La concursante se creció y aleccionó al resto de la casa sobre el significado de uno de los grandes iconos que sobreviven de la Guerra Fría

14 nov 2016 . Actualizado a las 07:43 h.

«Me vuelve loco esta foto», dice Miguel, el polémico concursante gallego de Gran Hermano, señalando una imagen en la que dos hombres trajeados y de cierta edad se besan en la boca. Se trata de la famosa estampa que todavía sobrevive en forma de mural en el Muro de Berlín, (de hecho, es uno de los puntos más visitados de la capital alemana), en la que los líderes socialistas Breznev (URSS) y Honecker (RDA) sellan sus buenas relaciones juntando sus bocas. «¿Qué representa?», pregunta, curioso, otro compañero de la casa. «¡Y yo qué carallo sé!», responde Miguel.

En la vivienda de Guadalix hay en un rincón de una sala una humilde exposición de fotografías del muro. Meritxell, aprovechando el vacío de conocimientos, entra en escena y se lanza a ilustrar al resto de sus compañeros sobre lo que significó ese conjunto hormigón levantado en el corazón de Europa.

«Yo la estudié en bachillerato esta foto. Eran los que gobernaban en aquella época. Lo pintaron ahí», comienza no muy desencaminada. «¿Habéis estudiado lo que es el Muro de Berlín?». Se registra un gran silencio dentro de la casa que acaba rompiendo Miguel: «Sí que lo estudiasteis en la ESO». Meritxell se lanza con la explicación.

Era que estaba un muro, vale, que separaba todo lo que era la zona de América. Hubo como una guerra, vale, y se construyó un muro. Y estaba separado por una zona en la que estaba la gente más pobre y otra zona en la que había gente más rica. Y la gente pobre, después de 20 años, no podía pasar nadie al otro territorio. Muchos familiares estaban en otro territorio. No se podía acceder. Era como un poco gente que aquí a veces quiera emigrar», se crece la concursante. «No lo mismo, pero un poco así», aclara. «Hasta que los obreros, digamos, ya se hartaron y cogieron y empezaron a destrozar el muro entero. Es increíble. Y aún quedan restos de ese muro», remarca. «Y hay gente que sufrió mucho por todo eso. Una revolución increíble», concluye, ante la sorpresa de sus compañeros: «¿Sí? ¡Joder!».