Pau Donés:«De momento no me va bien morirme»

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Su sinceridad es tal que te deja sin palabras. El líder de Jarabe de Palo lanza gira, disco y libro para celebrar sus 50 años. En su voz no se atisba el miedo, pero tampoco maquilla la gravedad de un cáncer contra el que piensa luchar subido al escenario.

09 jun 2020 . Actualizado a las 12:25 h.

Pau es tan crudo que te deja helado con cada respuesta. Positivo y realista a partes iguales, dice que han dejado de interesarle los porcentajes y el tiempo que le queda. «¿Te ves dentro de ese 20 % de posibilidades de que todo esto salga bien?», le preguntamos. «No sé, no me interesa». Lo dice un hombre que tras dos operaciones y la extirpación de trece tumores ha vuelto a ser diagnosticado de cáncer por segunda vez. ¿Su respuesta? Un triplete. Gira, disco y libro, 50 palos, para darle en los morros a la enfermedad. «Este es un cáncer tan potente como la vida que he llevado», dice. No podía ser de otra forma.

-Felicidades por tus 50 años, por los «50 palos» y por cómo lo estás llevando todo. Y gracias por querer compartirlo con nosotros.

-Perfecto, estoy aquí para ti.

-No me digas eso.

-Ja, ja.

-Una gira, un disco, un libro en el que te destripas... ¿Todo lo haces en caliente?

-El asunto va de lo siguiente. El año pasado cumplí 50 años y la banda 20. De ahí nace este proyecto, un proyecto que hago bajo este paraguas de 50 palos. 50 palos es un disco, es una gira y, a propuesta de Planeta, acabó siendo un libro también. Ahora estamos presentando este proyecto conjunto al que además, por las causas que todos conocemos, lo que hace es ponernos otra vez en la carretera y que volvamos a los escenarios después de dos años de parón.

-Has plantado un árbol, has tenido una hija y has escrito un libro. Pero algo más te quedará por hacer en la vida, ¿no?

-Joder, claro. De momento estoy contento con lo que he hecho. En la vida he procurado siempre hacer las cosas que tenía que hacer, que en general han sido cosas que me han gustado. Porque a mí siempre me ha costado mucho hacer cosas que no me provocasen ilusión. Yo en la vida me muevo por eso, por ilusión, por ganas. Me habrá podido ir mejor o peor, pero por lo menos hasta los 50 creo que soy afortunado, porque he hecho lo que he querido o he creído que tenía que hacer. Fíjate, me dio por la música, que es mi vocación, y resulta que nos van bien las cosas. Ahora, con un disco nuevo estupendo en el que hemos versionado algunas de nuestras canciones más populares a piano y voz con algún arreglillo más. Al final resulta que he acabado escribiendo un libro, cosa que nunca creí que haría, entre otras cosas porque soy disléxico.

-Disléxico y economista. Las letras no parecían lo tuyo, pero no has dejado nunca de escribir.

-Sí, y esta vez tenemos una gira estupenda que empieza en marzo y nos llevará a Estados Unidos y a Europa. Además, en España nos va a llevar por los grandes teatros de las principales ciudades. Estoy encantado y tengo muchas ganas de estar delante del público, de volver a compartir con la gente espacio, música y vida. El teatro es un escenario estupendo para eso.

-En estos 20 años de Jarabe, ¿con qué te quedas?

-Momentos muchos, nos han pasado cosas estupendas. Quizás me quedo con el resumen general de haber seguramente pasado los mejores 20 años de mi vida haciendo lo que realmente me gusta y viviendo como a mí me gusta, de la música y como músico. Eso es lo que al final me quedo... o me llevo.

-En tus «50 palos» cuentas algunos duros también.

-Sí, pero fíjate que como en la vida de todo el mundo. No me gusta mucho ir de tío al que le han dado jarabe de palo y que ha tenido una vida muy dura porque perdió a su madre cuando era joven [se suicidó cuando él tenía 16 años], le diagnosticaron cáncer a los 50... Hay gente que las ha pasado en la vida mucho más putas que yo. A mí en todo caso me ha tocado vivir una vida, como a todo el mundo le ha tocado vivir la suya. Siempre me ha gustado la parte positiva de nuestra existencia y tuve curiosidad por vivir... Soy hiperactivo, por lo que siempre he tenido la necesidad de hacer cosas y soy muy disfrutón. Quise disfrutar de todo y creo que lo he conseguido.

-Pero ese episodio te ha marcado. Tienes tres hermanos con los que empezaste a ejercer de madre, pero aun así tú has conseguido triunfar con la música. No te has quedado en eso, recogido en el dolor.

-No. Yo respeto también la opción del dolor, eh, pero no es la mía. A mí mi madre cuando murió me enseñó que al revés, que a la vida no hay que echarle huevos, hay que echarle ganas. Y disfrutarla a tope. Eso es lo que he intentado.

-Dices que esta no es una biografía porque huelen a muerto.

- De momento no, no me va bien morirme. Quizás más adelante sí, pero ahora no.

-¿Es este libro una respuesta a esas preguntas que los periodistas nunca te hicimos o que sí te hicimos y que no has querido responder? ¿A cuál te gustaría contestar?

-A cualquier buena pregunta, hecha con intención e inteligencia por alguien que realmente quiera saber sobre Jarabe de Palo o sobre Pau Donés. En realidad este libro es más bien una recopilación de cincuenta ideas, emociones, sentimientos o historias que me han pasado en algún momento por la cabeza y que he querido compartir. Historias que al final lo que hacen es dar una idea más fidedigna del personaje que es Pau Donés de Jarabe de Palo.

-Del personaje y de la persona.

-Detrás de nuestros personajes hay una persona. El personaje lo crea la gente con los prejuicios. El que lea el libro, a partir de ese momento tendrá una idea más completa de mi verdadera forma de ser.

-¿Cómo te encuentras?

-Bien, muy bien. A punto para salir a la carretera. Con el libro ya hemos agotado la primera edición, y ahora solo queda acabar con los ensayos generales de la gira para arrancar.

-Una de las cosas que más nos tocan de lo que has ido diciendo sobre tu enfermedad es que lo dices sin rodeos. Llamas a las cosas por su nombre.

-Sí, siempre he sido así, pero en este caso le he metido un especial esfuerzo. Al pasar de ser espectador a protagonista, de ser un tío sano a enfermo de cáncer, me di cuenta del sufrimiento que esta enfermedad generaba. Ya no tanto en los pacientes, que también, sino en su entorno. Entonces me puse manos a la obra en el sentido de intentar desestigmatizar o dar una cierta naturalidad al asunto. Y en esa estrategia no caben las medias tintas. Hay que hablar claro.

-Es este un cáncer tan potente como la vida que has llevado. No podía ser de otra manera.

-Sí, es como todo en mi vida. A tope.

-Dices que dedicas muy pocos minutos al día a pensar en ello, ¿pero en esos momentos qué es lo que se te pasa por la cabeza?

-Cuando me da el bajón escribo una canción como Humo, por ejemplo, porque sentí que uno de mis grandes amores, que es precisamente la vida, se me escapa. Dije: «Hostia, cuidado que me va a volver a pasar. Que me va a dejar alguien que me quiere mucho». Cuando me llama la mujer de un superamigo mío y me dice que se ha ido, son momentos duros. O cuando yo estoy contando que estoy limpio y voy a salir de gira y sé que hay muchas personas en muchos hospitales que están en fase terminal y se están muriendo. Ahí pienso: «¿Qué pensarán escuchándome a mí diciendo todo esto?». Trato de potenciar la visión positiva de vivir con cáncer, el decir que con cáncer también se puede. Pero que hay gente que se queda por el camino, como me puede pasar a mí.

-De hecho, te han dejado de interesar los porcentajes y el tiempo de vida.

-Es lo que te digo, no me preocupo mucho. Procuro alimentarme bien, controlarme, hacer las revisiones, pero ya está. Como el que lleva el coche al taller. No quiero centrarme en la parte negativa de la enfermedad.

-Pero te ves en ese 20 % de posibilidades que tienes de salir adelante.

-No sé, ya no me interesa hablar del tema. En su momento lo pregunté, me lo dijeron, y listo.

-De «Humo» hay muchas cosas que hacen pensar. Dices: «A nada le tengo fe». Pero tú tienes que tenerla para hacer todo lo que estás haciendo.

-Sí, lo aclaro. Cuando hablo de fe me refiero a la religión. La religión es algo que castra, que nos deprime, que no ayuda a que seamos libres ni felices. Te dice: «Cuidado cómo te portas en el mundo terrenal, porque según cómo te portes te vas a ir al cielo o al infierno». O: «Pasa por el tubo porque si pasas por ahí vas a ir al paraíso». No creo en algo que no puedo ver, no tengo fe en todo aquello que no puedo sentir, palpar. No tengo fe en el futuro. Tengo fe en el presente, en las personas que conozco, en lo que hago. En realidad eso tampoco es tener fe, es simplemente actuar por una cuestión de pura motivación, de ganas, de ilusión. No de fe. Y ojo, que vengo de una familia muy católica, eh. Pero eso es algo que no nos ayuda. No hay que tener fe, lo que hay que hacer es salir a por las cosas que uno quiere y pelearlas.

-Entre tus mandamientos está el de no enfadarnos demasiado, porque lo ves como una gran y estúpida pérdida de tiempo. ¿Ahora dices más «te quiero», achuchas más?

-Besarse, tocarse, amarse, demostrar cariño no está bien visto... Eso suele verse como un síntoma de debilidad, sobre todo para un hombre. Y yo digo que qué bien, ¿no?, que tengamos esa vertiente femenina, aunque no lo sea, porque verdaderamente es una cuestión de humanidad. Siempre lo digo: si nos tocáramos más, si nos besáramos, si demostrásemos más nuestro afecto los unos por los otros, seríamos más felices. No hay nada más bonito y que te haga sentir mejor que alguien que te diga: «Coño, que te quiero».

-Parece que hace falta mucho más que un cáncer para que dejes de ligar.

-Yo nunca he sido un tío muy ligón, esa es la verdad. Pero sí que me han gustado mucho las mujeres y he tenido la suerte de relacionarme con muchas y compartir grandes historias con ellas. De hecho, con las mujeres con las que he estado en realidad me han dejado todas, pero conservo una buena relación. No me interesa la pareja porque siempre me ha ido muy mal en ese tema y considero que la pareja es el cementerio del amor por esa serie de vínculos extraños de posesión que llevamos implícitos en ese tipo de relación. En cambio, sí creo a tope en el amor, en el amor entre las personas, y en respetarse. Respeto a tope a la mujer como persona, ser humano en el mundo, como compañera, como amiga...

-Eres un espíritu libre.

-Sí, esa es la parte que me interesa. Igual que me relaciono con mis amigos me relaciono con mis amigas. Y resulta que a lo mejor también me gustan algunas de ellas, pues soy un hombre y me gusta seducirlas, que me seduzcan. Me gusta el sexo, y bueno, pues qué bien. Es bonito eso.

-Y es bonito que no dejes de lado el placer en un momento como este.

-Es que no tiene nada que ver el tocino con la velocidad.

-Ya que estamos de confesiones y de recopilatorio dime, ¿qué darías hoy, 20 años después, por un beso de la flaca? Porque no te lo ha llegado a dar...

-Nooo, ja, ja. Pero me ha dado buenísimas cosas. Ten en cuenta que si me hubiera dado el beso no habría escrito la canción, por lo tanto tú y yo ahora no estaríamos hablando.