Decretada la libertad condicional para Laureano Oubiña, que piensa regresar a Galicia

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BENITO ORDOÑEZ

La Audiencia Nacional notificó este miércoles al cambadés su nuevo régimen

13 abr 2017 . Actualizado a las 09:13 h.

Laureano Oubiña dejará, en cuestión de días, de cuidar gallinas y plantar lechugas. Al menos en el centro de acogida para emigrantes y toxicómanos en el que trabajó, el último mes, a las afueras de Madrid. Una ocupación que facilitó, en su día, la obtención del tercer grado, que, a su vez, implicó dejar la cárcel e ingresar en un centro de inserción social. Este miércoles, la Audiencia Nacional volvió a dar otro paso para que el cambadés recupere la libertad absoluta. Este nuevo avance llegó en forma de libertad condicional, un régimen que le permitirá dormir en su casa, o donde él quiera, todas las noches y desplazarse por España a su antojo.

Oubiña, al menos esta semana y parte de la próxima, completará trámites burocráticos pendientes para oficializar su nuevo régimen de libertad. Regresar a Galicia también está en su agenda más inmediata, aunque, según parece, no para establecerse de forma definitiva, ya que su intención sería también permanecer diferentes temporadas entre Madrid y el pueblo de Guadalajara en el que tiene su residencia, que es propiedad de su compañera sentimental. En el caso de que Oubiña decida cambiar de domicilio tendrá que notificarlo a la Audiencia Nacional.

El auto judicial, dictado por la Audiencia Nacional este miércoles, expone como elementos favorables, para justificar la concesión de la libertad condicional, su elevada edad (70 años), el avanzado cumplimiento de la condena, que está cerca de superar las tres cuartas partes, el apoyo familiar que tiene y el buen uso que siempre hizo de los permisos penitenciarios. El mismo documento valora de forma positiva que el interno asumió, hace mucho tiempo, el hecho delictivo por el que fue condenado, además de cumplir un programa de voluntariado en la Asociación San Francisco de Asís con el objeto de ayudar en la acogida de inmigrantes y toxicómanos, sin que conste incidencia negativa alguna.

El cambadés vuelve a disfrutar de un régimen de libertad absoluta después de pasar más de dos décadas en numerosas prisiones de España al estar considerado un reo especialmente peligroso. En ese tiempo cumplió tres condenas por tráfico de hachís a gran escala y una por blanqueo de capitales derivado de la venta de la citada droga.