La prometedora carrera política de la responsable de la crisis del pepino

patricia baelo BERLÍN / CORRESPONSAL

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La titular de Salud de Hamburgo, que en el 2011 culpó a la hortaliza española del brote de «E. coli», podría dar el salto a la arena nacional

25 jun 2017 . Actualizado a las 09:53 h.

Cuando en marzo del 2011 el ministro alemán de Defensa anunció su dimisión, tras haber salido a la luz que había plagiado fragmentos de su tesis doctoral, los medios internacionales no tardaron en ponerlo como un claro ejemplo de honestidad. Especialmente los españoles, tan poco acostumbrados a gestos de ese tipo. Al caso de Karl-Theodor zu Guttenberg, que llegó a enviar cartas de disculpa a los autores que había copiado, le siguió dos años más tarde el de Annette Schavan, la ministra de Educación y amiga de Angela Merkel a la que le retiraron el título de doctora por el mismo motivo.

Sin embargo, el decoro germano parece tener doble rasero. Si los políticos de la primera potencia europea meten la pata de puertas afuera no suelen rectificar. Y si no que se lo pregunten a la responsable de Salud de Hamburgo, que en mayo del 2011 culpó a los pepinos españoles de causar el brote de Escherichia coli que mató a 53 personas e intoxicó a más de 3.800 en Alemania y otros países. Todos los comercios retiraron la hortaliza de sus estanterías a raíz de unas declaraciones de Cornelia Prüfer-Storcks, que aseguraba que la cepa mortal se hallaba en un cargamento procedente de Andalucía.

Días después, la titular regional de Sanidad admitía que el origen de la bacteria se encontraba en brotes de soja de una granja de Baja Sajonia. Pero ya era demasiado tarde. La bautizada como la crisis del pepino destruyó el mito de la eficiencia teutona, además de provocar enormes pérdidas al sector agrícola español, que recibió una compensación de 71 millones de euros de la Unión Europea. Aunque la Audiencia de Hamburgo acusó a Prüfer-Storcks de haber actuado de forma ilegítima y condenó a la ciudad-estado al pago de una indemnización a la empresa malagueña Frunet, las autoridades jamás reconocieron su deficiente gestión.

«Hamburgo había encontrado un agente patógeno en los pepinos de España y por eso alertó públicamente», argumentó la por entonces ministra alemana de Agricultura, Ilse Aigner. «Hallamos un serotipo muy venenoso. Por eso teníamos que advertir a la opinion pública de inmediato. No podíamos esperar hasta que hubieran concluido las últimas pruebas de laboratorio para decir cuál era el origen de la cepa. No teníamos alternativa. Cualquier otra cosa hubiera sido negligencia», volvía a justificarse en verano del 2016 Prüfer-Storcks en una entrevista con Die Welt.

Aquel episodio no solo no defenestró a la titular de Sanidad de Hamburgo, sino que le sirvió para catapultar su carrera. Prüfer-Storcks cosechó elogios cuando, en una de sus comparecencias durante la crisis del pepino logró repetir diez minutos de discurso sin guion después de que un técnico le informara de que la cámara estaba apagada por error.

Hoy, seis años después, la socialdemócrata ha colocado a Hamburgo como uno de los primeros estados federados en cuanto a atención médica y acaba de conseguir que el Gobierno central aumente los fondos regionales destinados a mejorar los tratamientos ambulantes y las hospitalizaciones en 1.000 millones de euros adicionales a partir del 2019. Prüfer-Storcks está tan bien considerada que medios plantean su salto a la política federal, si el líder del SPD, Martin Schulz, llegara a formar gobierno tras las elecciones de septiembre.