La caída en desgracia del aceite de palma entrona a la mantequilla

Xoán Ramón Alvite Alvite
X. R. Alvite REDACCIÓN / LA VOZ

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CESAR QUIAN

Se ha convertido en el último año en la reina de las «commodities» y ha llegado a duplicar su precio con cotizaciones históricamente altas

02 jul 2017 . Actualizado a las 15:41 h.

Ni el oro, ni el petróleo, ni el platino, ni siquiera minerales más exclusivos como el rodio o el litio se han revalorizado tanto en tan poco tiempo. La mantequilla se ha convertido en el último año en la reina de las commodities -materias primas o productos primarios genéricos que cotizan en los mercados internacionales-, llegando a duplicar su precio y alcanzando cotizaciones históricamente altas. En la última subasta de Global Dairy Trade, la plataforma comercial de la cooperativa neozelandesa Fonterra -el mayor exportador de lácteos del mundo y principal referente de los operadores a la hora de fijar el precio de la leche y sus derivados-, la mantequilla ha vuelto a registrar otra subida del 3 % hasta llegar a los 5.678 dólares (4.970 euros) por tonelada, más del doble que durante la misma semana del 2016, cuando su precio de referencia cerró en 2.828 dólares (2.475 euros).

Otro tanto ha sucedido en Europa, según datos de la propia Comisión, donde el precio de la mantequilla durante la primera quincena de junio alcanzó una media de 4,90 euros por kilo, lo que significa un incremento del 14 % desde enero y del 80 % si se compara con el mismo período del 2016.

¿Qué hay tras esta espectacular subida? Principalmente, un cambio significativo de los hábitos alimentarios en distintas regiones del planeta -anglosajonas principalmente- que, tras décadas demonizando el consumo de la mantequilla, han vuelto a preferirla en detrimento de otras grasas de origen vegetal.

Cambio de percepción

En este sentido, ha tenido una importancia decisiva la publicación de varios estudios que apuntan a que, lejos de ser una fuente de grasas saturadas perjudiciales para el colesterol y, por tanto, poco aconsejables a la hora de prevenir enfermedades cardiovasculares, la mantequilla es un alimento sin apenas efectos en ese ámbito y que incluso puede considerarse beneficioso para la prevención de la diabetes tipo 2.

En Estados Unidos, gigantes de la comida rápida como McDonalds -posee más de 15.000 restaurantes en el país-, Burger King o Taco Bell ya han empezado a sustituir la margarina que utilizaban en muchos de sus productos por mantequilla, alimentando aún más la percepción positiva que los consumidores vuelven a tener sobre este derivado lácteo. Incluso la empresa Bulletproof, multinacional especializada en desayunos, ha puesto de moda el café con mantequilla como fórmula para mejorar el rendimiento físico y mental. En España, por su parte, el tirón que experimenta el uso de la mantequilla viene propiciado además por el interés de grandes corporaciones de sustituir el aceite de palma, denostado en los últimos tiempos, por otros derivados más saludables y sostenibles desde el punto de vista ambiental o social.

A la revalorización del precio de la mantequilla se une también la de otros derivados lácteos industriales como la leche en polvo -su cotización aumentó un 50 % durante el último año hasta sobrepasar los 3.000 dólares por tonelada- o el queso cheddar cuyo precio creció el 42 % en apenas doce meses.

A pesar de esta evolución al alza de los derivados, el precio en origen apenas ha registrado movimientos significativos. Circunstancia que indigna a los productores, que critican que el beneficio se lo lleven los operadores lácteos en lugar de repartirse entre toda la cadena láctea.

Desde el prestigioso grupo de estudios agrarios del banco holandés Rabobank dicen que habrá que esperar a la segunda mitad del año para que, tanto el aumento de la demanda de mantequilla como las importaciones lácteas de China, permitan una recuperación sustancial del precio de la leche en origen.