«Juego de Tronos», 7x1: Lo que tienes que saber antes de empezar la séptima temporada

Paulino Vilasoa Boo
P. Vilasoa REDACCIÓN / LA VOZ

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Por primera vez desde el inicio de la popular serie basada en las novelas de George R. R. Martin, el argumento se organiza en solo tres frentes, liderados por Jon Snow, Cersei Lannister y Daenerys Targaryen

16 jul 2017 . Actualizado a las 19:03 h.

Si normalmente saber qué ha sido de cada personaje de Juego de Tronos ya es complicado de por sí, en esta ocasión, que por primera vez ha pasado más de un año entre el final de una temporada y el principio de la otra, se puede convertir en tarea imposible. Por suerte, la buena de Cersei nos ha hecho un favor y se ha quitado de en medio a la mitad del elenco y, de paso, ventilarse un buen número de tramas secundarias.

En estos momentos, el argumento de Juego de Tronos es más sencillo de lo que ha sido nunca, con el grueso de los personajes repartidos en solo tres frentes: uno en el Norte, encabezado por Jon Snow; otro en Desembarco del Rey, con Cersei Lannister a la cabeza; y otro en el Sur, en un numeroso grupo que lidera Daenerys Targaryen, que llega, por fin, a Poniente.

El Reino del Norte

Jon Snow ha sido nombrado Rey en el Norte después de conseguir arrebatarle el control de Invernalia al malvado Ramsay Bolton. Tiene el apoyo de buena parte de los señores del Norte, de Davos Seaworth y de Nido de Águilas, gracias a la intermediación de Meñique.

Jon Snow

¿Por qué incluimos al bastardo de los Stark si era uno de los que había muerto en la temporada anterior de Juego de Tronos? Pues porque, sorpresa, ahora el chaval ya vuelve a estar vivo. No, es verdad, no es ninguna sorpresa.

La Bruja Roja (sí, esa atractiva mujer pelirroja que resulta que es una señora súper anciana y muy poco atractiva cuando se quita el amuleto que le pende del cuello), aunque no las tenía todas consigo, utilizó los poderes que le confiere su dios R’hllor para traerlo de nuevo a la vida.

Dado que en realidad sí llegó a morir, Jon Snow ha quedado liberado de los juramentos de la Guardia de la Noche, de modo que ahora ya puede luchar por su familia y tomar partido en las guerras (también casarse, para las interesadas...).

Después de matar a los que conjuraron contra él, se reúne con su «hermanastra» (luego lo explicamos…) Sansa, en lo que viene siendo el primer reencuentro entre los «hijos» (paciencia...) de Ned Stark desde que se habían separado en la primera temporada de Juego de Tronos.

El marido de la hija de Ned, Ramsay Bolton, le exige a Jon que le devuelva a su mujer, que había huido de sus garras, y, de paso, le comunica que ha capturado a su hermanito pequeño, Rickon.

Jon solo tiene una opción: declararle la guerra al depravado Ramsay y recuperar la fortaleza de su familia.

Para ello, consigue algunos apoyos entre los antiguos aliados de los Stark, entre los que se encuentra una de las grandes revelaciones de la temporada: la jovencísima Lyanna Mormont, una niña con mucho carácter que le ofrece un puñado de hombres, pero que valen por muchos más.

Jon va a la batalla en clara desventaja y le hace caso omiso a Sansa a la hora de diseñar la estrategia, a pesar de que ella es quien mejor conoce, desgraciadamente, a Ramsay. Al final, el Bolton se la mete doblada, juega con su hermano Rickon hasta que este acaba muerto y hace que Jon se lance irracionalmente a la batalla.

La cosa pinta muy mal hasta que aparece el nutrido ejército de Petyr Baelish, Meñique, a quien Sansa había llamado en secreto.

Ramsay ha perdido, los Stark han recuperado Invernalia y los señores del Norte nombran a Jon el nuevo Rey en el Norte.

Pero las novedades de Jon no se acaban en el presente. En el pasado, y gracias a las visiones de Bran, descubrimos lo que muchos de los grandes fans de los libros en los que se basan Juego de Tronos ya intuían: Jon no es, en realidad, hijo de Ned Stark, sino de la hermana de este, Lyanna. Ned, durante la guerra para destronar al monarca demente, consigue llegar hasta su hermana, que estaba aparentemente retenida y resguardada en una torre, en el momento exacto del posparto. Allí, Lyanna le hace prometer que no dirá nada sobre el origen del niño y le susurra el nombre del bebé: Jaehearys, un nombre claramente Targaryen.

Sansa Stark

Al principio de Juego de Tronos, Sansa Stark era posiblemente la menos favorita de entre los Stark. Bueno, vamos a decirlo claramente: todos el mundo la odiaba. Que fuera bastante tonta, que estuviera colada por el tróspido heredero Joffrey, que provocara la muerte de su loba o que delatara a su padre ciertamente no ayudaron a la consideración de la chica por parte de los fans.

Pero, todo sea dicho, Sansa lo ha pagado con creces. Fue humillada por Joffrey, la casaron a la fuerza con un hombre enano que le doblaba la edad y era de la familia que había mandado matar a su padre y, posteriormente, por mediación de Meñique, la obligan a desposarse con el otro hombre que ayudó a cargarse a la otra parte de su familia, Ramsay Bolton, que resulta que además era un sádico.

Así que, poco a poco, la joven Stark se ha ido ganando un hueco en nuestros corazoncitos y todos le deseamos lo mejor.

Después de que el anulado Theon Greyjoy la ayude a huir de Invernalia, y tras ser salvada por Brienne de Tarth, que le había prometido a la madre de la joven protegerla hasta la muerte, Sansa va a la búsqueda de su hermano, Jon Snow.

Por suerte, la chica llega poco después de que este haya muerto y vuelto a la vida. Y ambos se lanzan a diseñar la estrategia para recuperar Invernalia. Aunque en realidad, quien la diseña es Jon, que hace caso omiso a las recomendaciones de su hermana y se lanza directo a una muerte segura.

La joven, que conoce a Ramsay y sabe que Jon va a fracasar, decide, en su desesperación, pedir la ayuda de Meñique, que la agasaja con un nutrido ejército que le da la victoria.

La venganza se sirve fría. Y, con el invierno sobre ellos, Sansa disfruta sosteniendo la mirada sobre la imagen más dulce que ha visto en mucho tiempo: su torturador, Ramsay Bolton, devorado por sus propios perros hambrientos.

Sansa ve, resignada, cómo su hermano Jon Snow es nombrado Rey en el Norte. Meñique le lanza una mirada en el momento de celebración de esa designación que lo dice todo: ¿No debería ser ella la que gobierne Invernalia y no su hermano bastardo?

Arya Stark

Con la despiadada Arya pasa lo contrario que con Sansa. Aunque siempre habíamos visto en ella una mirada de pequeña psicópata, el camino de la pequeña de las chicas Stark en Juego de Tronos ha sido bastante irregular.

Ha tenido los más extraños compañeros de viaje, como Tywin Lannister, El Perro o los monjes del Templo de los Mil Rostros, se ha quedado ciega y ha llegado a convertirse, literalmente, en Nadie durante su estancia en Braavos.

Allí, para dilapidar su identidad, la hermandad de sicarios la envían a una misión para acabar con la vida de una actriz de teatro. Pero Arya no es una asesina sin piedad. Ella solo va a por los de su famosa lista. Después de matar a la despiadada joven que estaba encargada de acabar con la vida de la Stark, Arya deja el rostro de esta en el Templo de los Mil Rostros y toma rumbo a Westeros.

El objetivo de Arya es muy claro: vengar a su familia. En Los Gemelos, donde sucedió la Boda Roja, poco después de la fiesta que celebra la toma de Aguasdulces (en la que participaron los ejércitos Lannister y Frey, entre otros), una sirvienta mata a dos de los hijos de Walder Frey y se los sirve a su anciano padre como relleno de empanada. Arya revela su verdadero rostro y le corta la garganta al señor. Robb y Catelyn han sido vengados.

Bran Stark

El pequeño Stark prometía en el primer capítulo de la serie, pero la verdad es que empezó la historia con mal pie. Y, después de estar desaparecido durante toda la quinta temporada de Juego de Tronos, Bran regresó con fuerza en esta sexta temporada. Sus poderes no hacen más que crecer, y el chaval demuestra que, además de poder ver el pasado, puede también influir en él. De hecho, algún que otro hecho ha sido responsabilidad suya.

Ayudado por el Cuervo de Tres Ojos, es capaz de ver cómo ha sido la creación del primer Caminante Blanco, que aparentemente habría sido creado por los Primeros Hombres como protección contra los belicosos humanos, aunque parece que se les fue bastante de las manos.

En un momento dado, se encuentra, mientras utiliza su poder, ante un ejército de Caminantes Blancos, y uno de ellos consigue entrar en contacto con el joven Stark, permitiéndoles a esos seres tener acceso a la cueva bajo el árbol arciano, hasta entonces protegida mágicamente.

Durante una visión en la que Bran está experimentando la vida de su padre cuando era un adolescente en Invernalia, los Caminantes consiguen acceder a la cueva. Meera ayuda al traspuesto Stark a salir de debajo de las raíces del árbol y le pide a Bran que tome el control de Hodor para conseguir salir de allí con una mejor estrategia.

Pero Bran solo está de cuerpo presente. Su forma astral todavía está en Invernalia. Y escucha, en la lejanía, cómo su amiga le pide controlar a Hodor. Allí, en el pasado, ve al joven Wylis (futuro Hodor), entra en su mente y básicamente la lía parda. El pobre chico de las caballerizas escucha, en ese momento, lo mismo que está oyendo su versión futura mientras muere destrozado por Caminantes: Meera le grita «Cierra la puerta» («Hold the door»), un eco en su cabeza que, repetido y deformado, que será la única palabra que podrá decir el chico hasta encontrar su muerte en la raíz de esos árboles. El momento más devastador de Juego de Tronos, que ya es decir. ¿Le había destrozado la vida Bran a Hodor por esta equivocación? Puede que sí. O puede que, de otro modo, el joven Wylis hubiera fallecido mucho antes. Al menos, puede quedarse con que siempre recibió el cariño de todos los habitantes de Invernalia.

En su huida de los Caminantes Blancos, Bran y Meera reciben una ayuda inesperada. Es el tío Benjen, hermano de Ned, exmiembro de la Guardia de la Noche y desaparecido desde el principio de la primera temporada de Juego de Tronos. No parece estar viviendo su mejor momento, porque el tío de Bran había llegado a morir en un ataque de los Caminantes Blacnos. Pero, por suerte, los Niños del Bosque llegaron a tiempo para evitar que también se convirtiera en uno metiéndole un trozo de vidriagón en su pecho.

Benjen lleva a los jóvenes ante un arciano justo a las puertas del Muro, y les explica que él, por el hechizo que tiene la muralla, no puede llegar a pasar. En ese árbol mágico sobre el que descansan, a Bran aún le queda algo por descubrir. El joven se convierte en el único que conoce el verdadero parentesco de Jon Snow.

Sam Tarly

Aunque Sam no está en el Norte, no hay duda de que el gran amigo de Jon Snow estará siempre de parte del bastardo de los Stark.

Después de la muerte del viejo Maestre Aemon, Jon y Sam acuerdan que este se vaya a la Ciudadela, en la ciudad de Antigua, para formarse como maestre.

Se lleva a su querida Gilly, que no tiene permitida la entrada en la Ciudadela, de modo que Sam cree que sería buena idea que se quedara en la casa familiar del joven.

Las cosas no salen como él esperaba y, aunque el padre accede a que Gilly sirva en la mansión como criada, le prohíbe a Sam volver a pisar el lugar.

Enfadado, Sam huye con Gilly y su bebé y, de paso, roba la espada de acero valyrio que tenía su padre.

Una vez en la Ciudadela, Sam es invitado a esperar su cita con el Arquimaestre en la biblioteca, un lugar enorme en el que sin duda encontrará conocimientos que no tenía.

El Trono de Hierro

Cersei Lannister ha sido coronada reina después de la muerte de su hijo Tommen. Aparte de los leales a la Corona, la mujer sentada en el Trono de Hierro ha perdido prácticamente todos los apoyos de las familias más poderosas de Poniente. Ha dilapidado sus opciones con los Tyrell, al aniquilar a sus cabezas de familia, y el único apoyo relevante que tenía, el de los Frey, no está pasando por su mejor momento, tras el asesinato de Walder.

Cersei Lannister

Llamadla reina Cersei. O simplemente, «la jefaza». Como una buena Lannister, a la leona le preocupan, sobre todo, las finanzas. Y, con la cantidad de actores que pululaban por los platós de Juego de Tronos, Cersei veía que las cuentas no daban. Así que se dispuso a hacer el mayor ERE que se recuerda en la historia de Poniente y posiblemente de la televisión.

Razones para ello le habían dado. Porque a Cersei le habían golpeado donde más le dolía: en su orgullo. Primero despojándola de su poder, luego matando a su dulce hija Myrcella y apartándola de su inocente Tommen, después arrancándole su cuidada melena y, finalmente, humillándola con un paseo desnuda por las calles de la capital mientras una hiriente monja gritaba «Vergüenza».

Así que la Lannister decidió cobrarse su venganza. En la más inesperada escena de la sexta temporada de Juego de Tronos, Cersei aprovechó la presencia de todos sus grandes rivales en el Gran Septo de Baelor, donde la esperaban para juzgarla por los crímenes de incesto y regicidio, para cargárselos a todos con un solo movimiento.

Bajo el gran templo se habían escondido durante años barriles llenos del muy inflamable fuego valyrio, que, con una gran explosión, acabaron con las vidas de Margaery, Loras y Mace Tyrell, su tío Kevan Lannister y el Gorrión Supremo, que tanto la había hecho sufrir. Además, hizo que la camarilla de espías infantiles del despiadado Qyburn (ese monje siniestro que convirtió al fallecido Gregor Clegane La Montaña en un particular Frankenstein) asesinaran tanto a su primo Lancel (quien, después de años de aventuras amorosas con ella, se había vuelto un insolente santurrón) y del anciano y repulsivo Maestre Pycelle.

«Que se pare el mundo que yo me bajo», parece pensar el pobre Tommen al ver todo el percal. Y, como quien sale a comprar pan, se tira por la ventana de la torre.

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Y esta es la historia completa de cómo les ahorró Cersei a los productores de Juego de Tronos más de media docena de grandes nóminas.

Pero no se quedó ahí la cosa. Aún le quedaba una persona a la que devolverle la humillación: la septa Unella, que termina encarcelada y torturada por la Montaña.

Así que, con la muerte de su último hijo con vida, Cersei se convierte, de repente, en la legítima heredera de la corona. Y acaba sentada, por fin, en el Trono de Hierro.

Jaime Lannister

A pesar de que su mano sea de oro, el Matarreyes no vive su época dorada. De eso no hay duda. Tras años siendo el más popular de los caballeros, después de que Catelyn Stark lo capturara y unos hombres le cortaran su querida mano derecha, las cosas no le han ido nada bien en Juego de Tronos.

A Jaime le encomendó la misión de ir a buscar a Myrcella (hija suya y de su hermana) a Dorne, donde estaba prometida con el jovenzuelo Trystane Martell y la cosa no salió demasiado bien. Consiguió llevar de vuelta a la niña a Desembarco, pero solo su cuerpo. La pequeña había fallecido por el veneno de las pérfidas Serpientes de Arena.

Al llegar, se entera de la que lió en su ausencia el Gorrión Supremo, que humilló a su amada Cersei con un paseo vergonzoso por las calles de Desembarco y que mantiene encarcelados a Loras y a Margaery Tyrell. Así que, poco después de enfrentarse al Septón, se une a la armada Tyrell para exigir la liberación de los jóvenes. Un movimiento poco hábil, ya que, aparte de no conseguir su objetivo, provoca su expulsión de la Guardia Real.

Así que lo envían a ayudar en el asedio de Aguasdulces, todavía en posesión del tío de la finada Catelyn Stark, Brynden Tully (El Pez Negro). Allí se reencuentra con su querida Brienne, que había acudido a conseguir refuerzos para Sansa. Pero el reencuentro entre ambos dura poco. Jaime consigue tomar la fortaleza y Brienne y Podrick aprovecha el momento para huir río abajo.

El Matarreyes tiene motivos para sonreír. Pero es llegar de vuelta a Desembarco del Rey y quitársele toda la alegría de golpe. El Gran Septo de Baelor destruido, su hijo fallecido tras tirarse por la ventana y la culpable de todo eso, su amada hermana gemela Cersei, coronada como la reina de Poniente.

El frente desde Dorne

Daenerys Targaryen y sus dragones han conseguido un ejército nutrido y relevante para optar al Trono de Hierro. Tiene a su favor a las grandes familias de Poniente que fueron vilipendiadas por Cersei Lannister: los gobernantes de Dorne y los adinerados Tyrell están esperando su llegada. De las Islas del Hierro, tiene el apoyo de Yara y de Theon, aunque el territorio ahora está gobernado por el tío de estos, Euron.

Hay quien ve a este grupo como el equipo que quiere acabar con el falocentrismo en Juego de Tronos. ¿La razón? Que sus componentes solo son o bien mujeres (Daenerys, Olenna, las Serpientes de Arena, Yara Greyjoy) o bien eunucos (Varys, Theon Greyjoy y Gusano Gris y sus Imaculados).

Daenerys Targaryen

La dragona se lleva dedicando seis temporadas a acumular títulos. Que si de la Tormenta, que si Primera en su Nombre, que si Reina de Meereen, de los Ándalos, de Rhoynar y de los Primeros  Hombres, que si La que no arde, que si Rompedora de Cadenas y Madre de Dragones,.... Y así ad infinitum. Eso de tener onomásticos que obligarían a un DNI del tamaño de un anuncio de carretera se le da muy bien. Pero lo que viene siendo llegar a Poniente, algo que lleva prometiendo desde el inicio de la serie, se le da fatal. Hasta ahora. Y ya era hora.

Como revolucionaria y liberadora, Daenerys lo sabe hacer muy bien. Como gobernadora de los lugares, no tanto. Después de una gestión cuando menos polémica de las tierras que había liberado, los señores esclavistas se lanzan en tropa contra ella con todas sus naves. Poco se imaginan que el ejército de la khaleesi, sumado a sus poderosos dragones, les van a dejar pocas opciones.

Tras una victoria indiscutible, a Meereen llegan Theon y Yara Greyjoy para convencerla de que vuelva a reclamar su posición como reina de Poniente. Le ofrecen sus barcos a cambio de la independencia de las Islas del Hierro y de que acceda a aupar a Yara al trono de esa zona y deponer al perverso tío de esta, Euron.

Por fin, Dany abandona Meereen (dejando a su amado Daario y su ejército para mantener la paz) y zarpa hacia el sur de Poniente. Allí la esperan las Serpientes de Arena y la anciana Olenna Tyrell para hacer un frente común contra Cersei Lannister.

Tyrion Lannister

El pequeño de los leones de Juego de Tronos nunca fue muy querido en su propia familia. Repudiado por su altiva hermana, culpado por su padre de la muerte de su madre en el parto, juzgado por ambos (falsamente) por el asesinato de su sobrino, al final solo la ayuda de su hermano salvó a Tyrion de una ejecución casi segura. Pero, de camino a su huida, decidió devolvérsela a su padre y matarlo mientras hacía aguas mayores. Así que su exilio no tiene, lógicamente, vuelta atrás.

Es una pena que nadie lo valorase nunca, porque porque en ingenio y en capacidad estratégica posiblemente sea el único a la altura de su padre, aunque sin la frialdad de este.

Tyrion huyó a Essos y, después de un tortuoso camino por esas tierras, acabó ante la presencia de Daenerys Targaryen, a la que convenció para que le perdonase la vida y para que lo nombrase consejero.

Ahora que Daenerys, por fin, ha emprendido su camino a Poniente, el Lannister, con su conocimiento de la geografía del lugar, de las alianzas y de los principales personajes implicados, es su mejor baza para conseguir de nuevo el Trono de Hierro. Su odio por su hermana, ahora reina de Poniente, no hace más que convertirlo en un colaborador más valioso. Pero, ¿y qué pasará si también Jaime interrumpe su camino?

Jorah Mormont

Es el pagafantas de Juego de Tronos por antonomasia. Siempre fiel a la khaleesi aunque no fuera correspondido. Aunque tan fiel no había sido, como Daenerys descubrió más tarde.

Durante su exilio, Jorah consigue capturar a Tyrion Lannister y decide utilizarlo para volver a conseguir el favor de la dragona. Lo que pocos saben es que, además de al enano, por el camino hacia Meereen Jorah también consigue obtener psoriagrís, una enfermedad que hace que sus víctimas acaben convertidas en piedra.

Después de ir en busca de Daenerys, que había sido capturada por los khals y obligada a permanecer en Vaes Dothrak como viuda de Drogo, Jorah le desvela su secreto y decide ir a buscar la cura. La khaleesi no solo se lo permite, sino que se lo ordena, y Jorah continúa su viaje solo, a caballo.

Theon y Yara Greyjoy

Despojado de su humanidad tras las torturas del depravado Ramsay Bolton, Theon había acabado convertido en Hediondo. Pero, gracias a la mediación de Sansa, lo poco que había del heredero de Balon Greyjoy acaba saliendo a la luz. Ayuda a la chica Stark a escapar de Invernalia y, consciente de que lo que le ha hecho a la familia no tiene perdón, se autoexilia a su tierra natal, las Islas del Hierro.

Allí, su padre fallece asesinado por su tío Euron, que lo tira de lo alto de un puente en una noche de tormenta. Aunque Yara Greyjoy sería la heredera lógica, su despiadado tío se presenta como candidato al Trono de la Sal en asamblea de sucesión.

Contra todo pronóstico, gana, tras prometerles a sus súbditos casarse con Daenerys Targaryen y ayudarla a tomar Poniente. Pero Yara, que sabe que, ahora que su tío es el gobernante de la isla, ella y su hermano Theon tienen los días contados, huye para adelantarse a Euron y trazar una alianza con Daenerys.

La cosa sale bien. Y Yara le ofrece toda su flota a la dragona a cambio de que les dé la independencia a las Islas de Hierro y que ponga a Yara como reina del lugar. Y parten a la conquista de Poniente.

Ellaria Sand y las Serpientes de Arena

Todavía dolida por el fallecimiento de su amado Oberyn Martell durante el más impactante juicio por combate de Juego de Tronos, Ellaria se la tiene jurada a los Lannister.

Nunca ha estado de acuerdo con la docilidad del hermano de su amante, Doran, gobernante de Dorne. Así que cuando este decide dejar que Jaime Lannister se lleve a Myrcella de vuelta a Desembarco, acompañada de su joven hijo Trystane, Ellaria le da a la niña un envenenado beso que hace que la niña fallezca poco después.

Cuando Doran se entera, Ellaria lo asesina, mientras, en Desembarco, Obara y Nymeria Arena, dos de las tres hijas bastardas de Oberyn, hacen lo mismo con el pobre Trystane.

Ahora, Ellaria Arena es quien gobierna en Dorne, y no evitará conflictos, como hizo su finado cuñado.

Dorne sirve, desde este momento, como el lugar desde donde se va a conformar el frente contra Cersei Lannister, ahora que es reina de Poniente.

Junto a ella, las hijas de Oberyn, y Olenna Tyrell, cuyo hijo y nietos murieron en la explosión del Gran Septo de Baelor. No son las únicas. También el intrigante Varys está en el ajo. Y todos esperan una llegada: la de Daenerys Targaryen, que también está camino de Dorne.

Olenna Tyrell

La Dama de las Espinas le había enseñado muy bien a su nieta Margaery. Pero incluso la avispada chavala no fue capaz de salir a tiempo del Septo de Baelor, amenazado por Cersei.

La casa de los Tyrell quedó completamente diezmada con el terrible acto de la ahora reina, así que es normal que la anciana no se lo perdone.

El poder económico de los Tyrell, y su flota, serán sin duda muy importantes para el éxito de Daenerys.