El FBI arresta al «héroe» que paró el masivo ciberataque WannaCry

La Voz / Agencias

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Marcus Hutchins, de 23 años, fue detenido tras crear y compartir un virus troyano, vinculado a estafas bancarias

04 ago 2017 . Actualizado a las 10:23 h.

Su reconocimiento como «héroe» tan solo le ha durado tres meses. El británico Marcus Hutchins, de 23 años, que en mayo saltó a todos los titulares de todo el mundo tras haber encontrado la manera de detener la expansión del virus WannaCry, que afectó a importantes servicios públicos y empresas en toda Europa, ha sido detenido por el FBI. El experto en ciberseguridad fue arrestado tras participar en las conferencias de hackers (piratas informáticos) Defcon y Black Hat en Las Vegas (Nevada) por, supuestamente, haber creado compartido en la Red un virus troyano (Kronos), vinculado a estafas bancarias.

La BBC avanza que el joven habría vendido el virus relacionado con el robo de información financiera en el mercado de la web oscura de AlphaBay, que fue recientemente clausurado por el FBI.

 La noticia del arresto de Marcus Hutchins fue publicada inicialmente en el portal de ciberseguridad Motherboard y ha sido confirmada por fuentes oficiales que no han querido dar detalles. «No es nuestro caso, es del FBI», ha afirmado una portavoz del Cuerpo de Alguaciles. Según Motherboard, el joven fue enviado a una prisión de Nevada y posteriormente trasladado a otro centro penitenciario. Sus allegados no han conseguido contactar con él ni conocer detalles de su paradero. 

Un portavoz del Departamento de Justicia detalló a la CNN que la detención de Hutchins, también conocido como MalwareTech, se debe a su «rol en la creación y distribución del troyano bancario Kronos». Hutchins habría creado y distribuido el virus, creado para abrir una puerta de acceso difícil de detectar para permitir infiltraciones o robos de datos.

El experto en ciberseguridad británico saltó a la fama en mayo al descubrir que el ransomware «WannaCry» podía ser desactivado registrando una dirección web a la que el virus se intentaba conectar para determinar si debía continuar con el ataque o operar en modo de pruebas.

Ese sencillo truco permitió detener la extensión del virus, que bloqueaba equipos informáticos y exigía el pago de un rescate de 300 dólares, y que afectó a más de 150 países, entre ellos grandes empresas españolas o el Servicio de Salud británico.