Lidia Torrent: «El amor con Matías surgió poco a poco»

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Roberto Garver

Sirve mesas a parejas que buscan el amor en el comedor de «First Dates», precisamente donde ella misma lo ha encontrado. El barman y la camarera predican con el ejemplo. «Compartir tantas cosas juntos hizo que surgiese el amor», declara. Esa faceta de Cupido no la pierde nunca y es que en el amor hay que tener esperanza: «Siempre hay remedio para un corazón roto».

05 ago 2017 . Actualizado a las 16:26 h.

Nunca ha tenido una cita a ciegas pero cree en el amor a varias vistas. Y es que a Lidia Torrent, hija de la presentadora Elsa Anka, la conquistan los chicos «detallistas, con mundo, de los que poder aprender», confiesa. La vida da tantas vueltas que en la suya surgió un cambio de 180º al convertirse en una de las caras más conocidas de Cuatro. Su presencia, con ese pelo moreno largo y esa sonrisa que le define tanto, alivia a más de alguno y alguna... Y es que han puesto en peligro su primera cita. La cosa es enamorarse, ¿no?

-¿Cómo definirías tu papel en el restaurante de «First Dates»?

-Nosotros somos como el mejor amigo del comensal, es decir, procuramos ser ese apoyo, esa ayuda, ese ojito derecho en la primera cita. Actuamos con plena naturalidad, dando consejos y haciendo un poco como de psicólogos [risas]. Ellos llegan nerviosos, con una gran incertidumbre, pero con muchas ganas e ilusión. Somos un gran apoyo para que se sientan a gusto, por eso intentamos hablar con ellos y darles esa protección que les haga sentirse más cómodos y seguros.

-¡No se pueden quejar con el gran recibimiento que tienen!

-Pues la verdad es que tienen mucha suerte porque Carlos Sobera tiene un don. Es una persona transparente, abierta, divertida, sincera y enseguida crea un vínculo de confianza absoluto con la persona que entra. Se nota mucho esa emoción que sienten al verle, pero también notas esa complicidad que es capaz de crear en apenas unos minutos. Cuando los ves en la barra hablando, muchos parece como si se conociesen de toda la vida.

-Tu vida habrá cambiado por completo...

-Sí, porque el tener que dejar los estudios en Barcelona durante unos meses dio un cambio de 180º grados en mi día a día. Todo me pilló un poco desprevenida, el dejar de estudiar fue un poco estampida pero, ahora que está el agua más calmada, vuelvo a la carga con más fuerzas que nunca. Me apetece y hoy sí que me veo capaz de alternar mis estudios de Publicidad con las grabaciones del programa. Me quedan dos añitos... así que ¡a tope!

-Habéis tenido tantos casos... ¡Que no se diga que el amor no está al alcance de todas las edades!

-Vivimos historias muy bonitas cada día. Cada una tiene su peculiaridad, su particularidad y su gran encanto, y eso hace posible y crea ese clima de amor en las cuatro paredes del restaurante. Desde los más jóvenes, que han tenido menos experiencia en el amor y que transmiten esa ilusión tan inocente, hasta los de mediana edad que se van pensando: «Al final encontré a alguien que me gusta», y eso les impone. En cada edad hay algo de encanto cuando hay amor.

-Triunfaste como camarera pero también con el camarero. Qué más se puede pedir, ¿no?

-¡Jajaja! Eso dicen...

-Supongo que el trabajar codo con codo influyó en vuestra relación...

-Claro, el pasar tantas horas juntos hizo que, poco a poco, surgiera el amor. Además de compañeros de trabajo, nos hicimos muy muy amigos. Compartíamos muchas cosas, teníamos mucha complicidad. Confiamos y nos apoyamos el uno en el otro y, al final, el compartir tantas confidencias juntos hizo que la chispa del amor apareciese.

-Las cosas de palacio van despacio...

-Totalmente, las cosas surgieron poco a poco.

-¿Alguna vez has tenido una cita a ciegas?

-No, la verdad es que no. Pero bueno, sí que me han hecho -como a todos supongo- la típica encerrona que te hacen tus amigos. Todos hemos sido el cebo de alguien que nos quisiera picar.

-Y entonces... si tuvieran una cita contigo, ¿cómo te conquistarían?

-Siendo muy transparentes, muy naturales. Me gustan las personas auténticas, elegantes, con mundo, de los que poder aprender. Que me hagan reír es muy importante y los detalles ganan mucho.

-Un reto personal.

-Cruzaría el Atlántico tranquilamente y aprender idiomas es algo que me encanta.

-¿Qué te gusta hacer en tu día a día?

-Soy una persona sencilla, muy familiar, un culo inquieto. Procuro no seguir mucho la rutina e innovar, hacer cosas nuevas: descubrir sitios, viajar, leer, salir... Me encanta la playa, la montaña, pasear por jardines y parques...

-En el amor, ¿eres de expresar tus sentimientos?

-¡Sí, sí, sí! Yo necesito compartir, que haya comunicación. Pienso que es súper importante para todo, si no al final cuando las personas son muy herméticas, se ahogan en sus propios sentimientos y pensamientos, y eso no puede ser. Yo necesito exteriorizarlo.

-Muchos se ahogan en las penas... ¿crees que hay remedio para arreglar un corazón roto?

-Hay muchos remedios, la cuestión es querer ponerlo.