Antivacunas, la amenaza que no cesa

m. f. REDACCIÓN / LA VOZ

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FRED TANNEAU | AFP

En Italia el gobernador del Véneto intentó frenar la obligatoriedad, en California se disparan las exenciones médicas falsas y en Australia aumenta la desconfianza entre los padres

11 sep 2017 . Actualizado a las 07:31 h.

Giras mundiales, encuentros para explicar cómo burlar la ley, manifestaciones... Los antivacunas no descansan. Y avanzan en los países desarrollados, en zonas ricas que parecen olvidar las trágicas consecuencias de ciertas enfermedades. Se desempolvan estudios obsoletos que han sido desautorizados incluso por sus propios investigadores. Se teoriza con alegría. Hasta que se produce una muerte o se evidencia un desplome en las tasas de inmunización. Entonces, algunos Gobiernos acaban imponiendo la obligatoriedad.

La concienciación de la población ha logrado tasas de cobertura superiores al 96 % en Galicia. La Organización Mundial de la Salud recomienda un 95 % para garantizar la inmunidad de grupo. Este verano emitió un documento en el que mostraba su preocupación por Italia. Este país ha registrado 4.238 casos de sarampión en el 2017, según datos del Ministerio de Salud.

El Gobierno aprobó un decreto ley estableciendo que los niños no vacunados no podrían comenzar este curso. El gobernador del Véneto, Luca Zaia (Liga Norte) se declaró en rebeldía estableciendo una moratoria de dos años. Ante las presiones de Roma, Zaia tuvo que rectificar y acatar la nueva norma. Estos días los centros de salud italianos están desbordados ante la demanda de vacunaciones.

Precisamente, de la próspera región del Véneto es Roberto Gava, de 59 años, un doctor que lidera un movimiento antivacunas y que, por ello, fue expulsado del Colegio de Treviso, con lo que ya no puede ejercer. Italia junto con Rumanía son los dos países de la UE con más casos de sarampión.

Estados Unidos ha colocado a los italianos en la lista de países con riesgo sanitario para sus viajeros. Pero en el territorio americano también cobran fuerza los contrarios a la inmunización. La pediatra Tara Zandvliet cuenta en declaraciones a USA Today cómo cada vez más padres piden justificantes médicos que los eximan de vacunar a sus hijos. Buscan documentar una reacción alérgica del pequeño u otro problema de salud. Zandvliet explica que, si no los obtienen, muchos llegan a falsificarlos. Trabaja en San Diego, California. En este estado antes las familias podían alegar motivos personales para no someterse al pinchazo, pero la ley cambió y ya no lo permite.

En Australia, el médico John Piesse aconsejaba a las familias cómo conseguir exenciones en reuniones de antivacunas. Un estudio reciente elaborado por el Murdoch Children’s Research Institute indica que el 16 % de las mujeres embarazadas creen, pese a las evidencias científicas, que las vacunas pueden producir autismo en los niños. Y solo el 76 % de ellas están convencidas de la inmunización frente al 89 % de las que ya tienen hijos.

El Ejecutivo australiano acaba de denegarle la entrada a Kent Heckenlively, un abogado antivacunas que quería visitar el país a finales de año para continuar con su gira internacional. El ministro de Inmigración, Peter Dutton, es tajante: «Estas personas que están diciendo a los padres que sus hijos no deben ser vacunados son peligrosas».

Según el departamento de Sanidad, la tasa media de vacunación es del 93 %, pero en algunas regiones apenas alcanza el 60 %. El Gobierno acaba de lanzar una campaña para concienciar a los progenitores a la que ha destinado 3,7 millones de euros. Incluye el testimonio de los padres de Dana McCaffery, una bebé de un mes que vivía en una zona con un bajo porcentaje de inmunización y que murió de tos ferina.