Hielo y sal para causarse quemaduras, la nueva y peligrosa «chorrada viral»

Raúl Romar García
R. Romar REDACCIÓN / LA VOZ

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La Guardia Civil advierte de la temeridad de esta práctica iniciada por adolescentes en Estados Unidos

14 sep 2017 . Actualizado a las 08:07 h.

Echar sal en el hielo. Es un truco fácil para acelerar el enfriamiento de las bebidas, pero muy peligroso si se aplica en la piel. Puede provocar en pocos minutos quemaduras de hasta tercer grado e, incluso, si la lesión afecta a alguno de los nervios, provocar la pérdida de movilidad de manos y piernas. Es una auténtica temeridad, pero, aun así, se ha convertido en un fenómeno viral, en una aberrante moda iniciada en Estados Unidos por niños y adolescentes y seguida en el Reino Unido, donde ha puesto en alerta a las autoridades educativas y sanitarias. En España aún no existe constancia de esta práctica. Al menos no se han conocido casos, pero, por si acaso, la Guardia Civil ha lanzado una alerta en su Twitter para que los padres no bajen la guardia y extremen la vigilancia con sus hijos ante la aparición de extrañas y repentinas quemaduras en los brazos de sus hijos. «Nueva chorrada viral: echarse sal y hielo en la piel para exhibir las quemaduras. A pesar de ser algo muy tonto, hay gente que lo hace», advierte el instituto armado.

El desafío es temerario, pero se ha convertido en viral entre los adolescentes estadounidenses y británicos. De lo que se trata es de aplicar sal en los brazos y luego hielo por encima. Esta combinación provoca un enfriamiento rápido, que puede provoca un descenso de la temperatura de hasta entre -17 y -21 grados. El absurdo reto consiste en apretar el hielo sobre la piel y aguantar así lo máximo posible. El ganador es quien más resiste el dolor. Luego, las imágenes de las quemaduras se divulgan en las redes sociales con un afán exhibicionista.

«Si se aplica sal, el hielo se enfría muchísimo y la temperatura cae en picado. Dependiendo de la cantidad utilizada, en tres o cuatro minutos ya te puedes hacer una quemadura», explica la química y divulgadora científica Deborah García Bello, autora del blog Dimetilsulfuro. «No es -aclara- una reacción química, sino algo físico, un proceso termodinámico de cambio de estado, en este caso de sólido, el hielo, a líquido, un cambio en el que baja muchísimo la temperatura». Este súbito enfriamiento causa una deshidratación de la piel que, al fin y al cabo, es lo que produce las quemaduras, que pueden llegar a ser de segundo e incluso tercer grado.

«Función ansiolítica»

Aparentemente, la temeraria práctica encierra una fuerte dosis de masoquismo. Pero las motivaciones de los niños y adolescentes que la siguen son más complejas y, en cierto modo, comparten la filosofía de otros peligrosos juegos virales como el de la Ballena azul, que incita al suicidio a través de las redes sociales, las autolesiones con cortes en las extremidades o la anorexia. Es, al menos, la explicación que ofrece el psicólogo clínico y psicoanalista Manuel Fernández Blanco. ¿Y cuál es la razón de esta conducta? Puede haber varias. «Cuando un joven soporta una angustia que le resulta inaguantable -apunta Fernández Blanco-, puede provocarse una lesión, un dolor en el cuerpo como una manera de eliminar esa angustia. Tiene una función ansiolítica. A veces, el dolor físico es una manera de localizar en el cuerpo el dolor psíquico que no se puede expresar de otra manera». Este comportamiento es más propio de la adolescencia, una época de desorientación en la que los chicos también buscan una identidad personal. Las prácticas autolesivas se la proporcionan. «Les ofrecen -dice el experto- la sensación de comunidad, de pertenencia a un grupo, en el que también existe una cierta competencia por ver quién se produce el daño mayor».

Pero, más allá de las hipótesis que puedan explicar el fenómeno, existe un peligro real. «Es -advierte Fernández Blanco- una forma de tranquilizarse patológica y autodestructiva».

El inexplicable reto del hielo y la sal no es algo nuevo. Surgió en Estados Unidos en el 2012 y en no pocos casos fue necesario hospitalizar a los adolescentes afectados por las quemaduras. Pero ahora, después de unos años dormida, la moda ha vuelto a resurgir. Y se han documentado casos de jóvenes que han aguantado hasta 20 minutos con el hielo sobre la sal. En las redes sociales también pueden encontrarse centenares de fotos de jóvenes exhibiendo sus cicatrices.