La autora, de 59 años, tiene ELA y quiere que Francia cambie la ley; su plan es recibir una inyección letal en Bélgica
24 sep 2017 . Actualizado a las 09:58 h.La escritora francesa Anne Bert ha acaparado los medios galos en las últimas semanas. No obstante, no es por su último libro, sino por su decisión de viajar a Bélgica dentro de pocos días para acceder a una eutanasia. La autora de 59 años padece esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una patología neurodegenerativa incurable que, poco a poco, «momifica» sus extremidades. Confinada a su casa en el suroeste del país y sin poder alimentarse más que con una pajita, Bert espera que su caso impulse la autorización de la eutanasia en Francia.
«No puedo comer ni acostarme sola, a veces no puedo tragar, vivo como un animal», confesó en una entrevista con Le Monde. Con los brazos inmóviles y las piernas tan débiles que apenas pueden llevarla hasta el jardín, su «cuerpo caníbal» se «divorcia» de ella. «No quiero que sientan pena por mí, eso no me interesa; quiero suscitar el debate, la toma de conciencias. La pena es estéril», opinó. Bert es miembro de la Asociación por el derecho de morir en la dignidad (ADMD) que lucha por una legislación que permita la eutanasia. Desde que anunció su decisión, a la autora le han llegado «centenares de cartas de ánimo».
Traicionada por Hollande
La autora de novelas eróticas se sintió traicionada cuando el mandato de François Hollande pasó sin cambios. La ley aprobada en diciembre del 2015 que asegura desde agosto del 2016 «una sedación profunda y continua» para los enfermos terminales bajo ciertas condiciones no es más que «puro teatro». «Los enfermos como yo estamos abandonados, es de un desprecio absoluto que se diga que la ley conviene a todos los casos», acusó, insistiendo en que ha «sobrepasado los límites de aceptación» de su enfermedad.
La esperanza que pone Bert en el nuevo gobierno de Emmanuel Macron es poca. La actual ministra de Sanidad, Agnès Buzyn, le aseguró en una entrevista telefónica que en toda su carrera de médico «nunca se enfrentó a la petición de un paciente de poner fin a su sufrimiento». «O tiene muy mala fe, o no sabe en qué mundo vive» espetó la escritora. No obstante, prevé que la eutanasia será legal de aquí a tres años, «porque en algún momento Francia tendrá el coraje de hacerlo».
Bélgica sí, Suiza no
Sea así o no, Anne Bert no vivirá para verlo. En los próximos días viajará a Bélgica, donde después de una semana de tratamientos paliativos recibirá una inyección letal. La escritora se negó a viajar a Suiza, donde la eutanasia es legal pero cuesta cerca de 6.000 euros, para Bert, una forma de «hacer negocio».
En España, varias comunidades autónomas cuentan con leyes que regulan los últimos momentos de la vida, pero, al igual que en Francia, la eutanasia es ilegal. «Me avergüenza que Francia se quede atrás en esto, es como cuando cerraba los ojos al aborto en Inglaterra», criticó la escritora.
Su último libro, que saldrá el 4 de octubre, se aleja de sus novelas eróticas para convertirse en un adiós. «Para mí ya no habrá otra primera, ni calor aplastante ni el zumbar de la abejas. Voy a bajarme del hechizado engranaje de las estaciones, el cual no volverá a girar para mí», escribió.