¿Quién traicionó a Ana Frank?

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M. MARRAS

La inteligencia artificial abre vías para investigar el chivatazo a los nazis

09 oct 2017 . Actualizado a las 08:46 h.

«Lo que se hace no se puede deshacer, pero se puede prevenir que vuelva ocurrir», aseguraba la pequeña Ana Frank en su diario, escrito desde la clandestinidad de un falso piso en el corazón de Ámsterdam. Como si supiera que sus palabras estaban predestinadas a dejar su impronta en la historia. Allí vivió agazapada dos años. Hasta que una llamada anónima puso sobre aviso a la Gestapo. La policía alemana irrumpió en el anexo de la vivienda un 4 de agosto de 1944 para detener a Ana junto a sus padres y su hermana Margot, los tres miembros de la familia Van Pels que vivían con ellos y el dentista judío Fritz Pfeffer. Se los llevaron a todos rumbo a los campos de concentración. Solo el padre de Ana, Otto Frank, y el diario inconcluso de la joven de quince años sobrevivieron al exterminio nazi.

Un equipo de 19 personas estudiarán el caso durante dos años Con el fin de la guerra surgió la pregunta: ¿Quién traicionó a la familia Frank? ¿Quién dio el chivatazo a la Geheime Staatspolizei? Han pasado 73 años desde entonces y ninguna de las investigaciones puestas en marcha han arrojado resultados determinantes. Hasta 30 sospechosos han desfilado por los ficheros de la policía durante todo este tiempo: Desde vecinos a empleados de la empresa Opekta regentada por Otto, extrabajadores y familiares cercanos o judíos convertidos en agentes de la Gestapo. El Instituto Holandés para el estudio de la Guerra, el Holocausto y el Genocidio asegura que «no hay evidencias concluyentes» para imputar la autoría a alguna de las personas a las que se les ha pasado la lupa.

El director de la Casa de Ana Frank, Ronald Leopold, sugirió el año pasado que la detención podría haber sido una simple «casualidad», una triste coincidencia. «La traición parece ser la única conclusión lógica», asegura un nuevo equipo de investigadores holandeses que se han propuesto resolver el misterio en los próximos dos años. Hasta 19 detectives, historiadores, periodistas, psicólogos, analistas de datos, científicos forenses y criminólogos se han puesto manos a la obra, liderados por el exagente del FBI Vince Pankoke, para aclarar lo sucedido. Se trata de la misión más ambiciosa que se ha puesto en marcha hasta el momento y cuenta con su propia web (Anne Frank: A Cold Case Diary). A diferencia de las pesquisas de las últimas décadas, el equipo de Pankoke tiene una herramienta muy poderosa en su poder: La inteligencia artificial. La empresa holandesa Xomnia ha desarrollado para la brigada un software que permitirá organizar, analizar y cruzar el enorme volumen de datos que existen sobre este caso.

Conexiones no visibles

El objetivo es procesar toda la información que está llegando de particulares, instituciones públicas y archivos de otros países como Estados Unidos para encontrar patrones y abrir nuevas vías de investigación más claras y precisas: «Podremos conseguir conexiones no visibles al ojo humano», aseguran. Por el momento ya disponen de la lista de informantes de la Gestapo en Ámsterdam.

La idea de sumergirse de nuevo en este episodio sin resolver de la Segunda Guerra Mundial surgió del cineasta holandés Thijs Bayens y el periodista Van Twisk, quienes tienen planeado rodar una serie sobre las investigaciones, los sospechosos y la resolución del caso, si es que logran poner nombre y apellidos al traidor. El 4 de agosto del 2019, coincidiendo con el 75.º aniversario de la detención de la familia Frank, Pankoke anunciará los resultados de la investigación. Hasta entonces, el misterio seguirá oculto entre las paredes del número 263 de Prinsengracht.