«Masterchef Celebrity»: suspenso absoluto en cocina asturiana

Claudia Granda REDACCIÓN

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Los siete concursantes del programa se desplazaron a Avilés para realizar un menú típico de la región que les llevó a todos al desastre

01 nov 2017 . Actualizado a las 13:41 h.

Como era de esperar, las cosas no les fueron nada bien a los chicos de MasterChef Celebrity durante la prueba de exteriores. Ni la fabada ni los cachopos lograron llegar al aprobado en una jornada en la que los siete concursantes tuvieron que cocinar para nada más y nada menos que 70 comensales asturianos.

El programa se desplazó hasta el centro cultural Niemeyer de Avilés para realizar un menú muy especial. Lo que no sabían los jueces, que esperaban «excelencia», era cuál iba a ser el resultado de la prueba. Dentro del edificio aguardaban los comensales que probarían este menú. a quien Eva González recibió hablando en  un asturiano que el programa decidió subtitular.

Tras haber ganado la primera prueba de la noche, Patricia Montero y Saúl Craviotto lideraron sus equipos y se repartieron los cuatro platos del menú asturiano. El equipo de Craviotto, formado también por Edu Soto, Silvia Abril y Bibiana Fernández, tuvo el privilegio de escoger los platos a preparar: fabada asturiana y casadielles.  Por su parte, Montero, José Corbacho y Anabel Alonso se encargaron de cocinar bollos preñaos y cachopos, una tarea nada fácil. Pero el equipo contaba con una ventaja: podrían congelar a dos de sus contrincantes durante diez minutos. Y así lo hicieron. Casi sin perder el tiempo, Craviotto y Soto tuvieron que permanecer con los brazos cruzados observando cómo sus compañeras se las apañaban para sacar adelante el primer plato.

Los 90 minutos que los jueces les cedieron a los concursantes para realizar todos los platos en las cantidades oportunas fueron, de principio a fin, una sucesión de infortunios. El equipo de Montero se las vió y se las deseó para sacar adelante su plato más importante: los cachopos. Corbacho no consiguió cortar la carne en piezas finas y el empanado se desprendía mientras trataban de freírlo. El resultado: cachopos crudos que los comensales criticaron duramente. Poca suerte tuvieron también los bollos preñaos. «Yo ya los comí mejores. Está un poco pastoso, cuesta trabajo tragarlo» criticó Ramón Álvarez, gerente de la Rula de Avilés.

Al equipo de Craviotto, a pesar de parecer tener algo más de suerte, se les «atragantó» la masa de las casadielles. Tres veces tuvieron que repetirla hasta que lograron dar con el error: faltaba el vino blanco para que la masa fuese compacta y jugosa. Afortunadamente lograron salir ilesos de ese bache, pero tuvieron que ser escuetos a la hora de emplatar, dado que tanto la masa como el relleno era poca cantidad para tal número de comensales. La fabada «necesitaría más cocción, más tiempo» aseguró Ramona Menéndez, cocinera del restaurante Casa Belarmino. «Muy mejorable, estaría justillo el aprobado» afirmó Menéndez.

Durante la preparación del menú los concursantes recibieron la visita de Covadonga, finalista de Masterchef Junior 3, y de Marcos Morán, cocinero del restaurante Casa Gerardo. Ambos aconsejaron a los equipos, aunque unos más que otros. «No le ayudemos más que están concursando y aquí no se puede dar ningún consejo» le advirtió Samantha Vallejo-Nájera a Morán, después de que éste último le explicara a Corbacho cómo cocinar un buen cachopo.

El duelo de cachopos entre Jordi Cruz y Pepe Rodríguez fue uno de los momentos divertidos que dejó la visita del programa a Asturias. Tras la preparación de los platos, Morán declaró a Cruz ganador indiscutible. Otro de los momentos que no pasó desapercibido fue aquel en el que Anabel Alonso y Silvia Abril escanciaron para los comensales.

El resultado de este desastre generalizado: delantales negros para todos. Los siete concursantes suspendieron la prueba, decepcionando tanto a los comensales asturianos como a los jueces del programa, que buscaban excelencia y recibieron absolutamente todo lo contrario.