Los «earcons» ya están aquí y tú no te has dado cuenta

Elisa López Aguado / V. J. REDACCIÓN

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La «sonificación» de las cosas puede mejorar la calidad de vida de las personas y ahorrarles tiempo, y también beneficiar a las marcas que quieran ser más reconocibles

17 nov 2017 . Actualizado a las 17:37 h.

En un mundo plagado de información, la sociedad cree que tiene el control y que puede decidir qué deja entrar en su universo. La publicidad ha saturado a los consumidores, por lo que si se abre un molesto pop-up al navegar por Internet, cerramos la pestaña. Si no nos gusta lo que emiten en televisión, cambiamos de canal. Si aparece un anuncio en un vídeo de YouTube, hacemos click rápidamente para saltarlo. Pero, ¿y si hubiera una manera a través de la que las marcas pudieran llegar a los consumidores más directamente, de una manera no invasiva y útil?

Esto es posible, y la clave para ello son los earcons. Según D.A. Sumikawa, los earcons son sonidos breves, reconocibles, que representan un evento específico o señalan una información concreta. ¿Quién no reconoce el sonido de una llamada por Skype o el de un correo electrónico cuando es enviado desde un sistema Apple? Y, evocando a la nostalgia, ¿el sonido de un inicio de sesión en Messenger?

Roscoe Williamson, director de Branding en MassiveMusic London, se ha dado cuenta de esta oportunidad para las marcas. Con la irrupción del Internet de las cosas, se intuye la llegada de una era plagada de asistentes virtuales, con más interacción por voz y gesto. En este nuevo universo, «los sonidos indican que tu acción o la orden dada se han completado sin necesidad de perder el tiempo en comprobarlo», señala Williamson y, al mismo tiempo, contribuyen a construir la identidad de las marcas, a hacerlas reconocibles. Pero si las marcas abusan de esta oportunidad, el usuario podría hartarse y «optar por pulsar la opción mute en todos sus dispositivos».

Un buen earcon logra que las personas reconozcamos la marca o app a la que pertenece sin abrumarnos. Al encontrarse en un terreno aún inexplorado, las marcas deben colaborar para perfeccionar la «ecología del sonido» y contribuir a que los usuarios ganen en calidad de vida gracias a la información que cada earcon transmite. Que aprovechemos este nuevo horizonte que ofrece el sonido y que no optemos por tapar nuestros oídos depende de ellas.