Vacunas, el avance que salva millones de vidas

Mar Torres

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MOHAMED AL-SAYAGHI

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las vacunas evitan la muerte de unos tres millones de personas al año, 2,5 millones de ellos niños. Constituyen, junto con la potabilización del agua y la depuración de las aguas residuales, el método más eficaz para mejorar la salud de las personas y aumentar la esperanza de vida.

10 dic 2017 . Actualizado a las 12:40 h.

L as vacunas son productos biológicos complejos y muy sofisticados que estimulan la producción por el organismo de anticuerpos frente a un patógeno o un alérgeno y, en consecuencia, generan inmunidad frente a la enfermedad o alergia causada por dicho patógeno o alérgeno. Además, las vacunas no solo benefician a las personas vacunadas, sino también a aquellas que conviven en la misma comunidad que los vacunados. Y es que, dado que la incidencia de la enfermedad es significativamente menor, el riesgo de que las personas del entorno puedan contraerla también resulta ostensiblemente inferior.

En la actualidad, el arsenal terapéutico contempla más de 40 vacunas para la prevención de 25 enfermedades evitables.

La razón para esta eclosión de las vacunas se explica por su gran eficacia a la hora de prevenir distintas enfermedades potencialmente mortales. De hecho, las vacunas evitan cada año la muerte de 3 millones de personas en todo el mundo -o lo que es lo mismo, 60 fallecimientos cada hora- y han conseguido que la mortalidad global en niños menores de cinco años se haya reducido de 12,6 millones en 1990 a 6,6 millones en la actualidad.

Concretamente, y además de la ya referida erradicación de la viruela, las vacunas han permitido, gracias a las campañas de vacunación, que la incidencia global de poliomielitis se haya reducido en un 99%, por lo que se considera al límite de la erradicación.

La vacuna antitetánica, administrada para evitar el tétanos materno y neonatal e introducida en 103 países a finales de 2012, ha protegido frente a la enfermedad a cerca de un 81% de los recién nacidos.

Durante el periodo comprendido entre los años 2000 y 2012, la vacunación del sarampión ha evitado 13,8 millones de muertes. En 2012, cerca de 145 millones de niños fueron vacunados frente al sarampión, enfermedad cuya incidencia y mortalidad se han reducido respectivamente en un 77% y en un 78% desde el inicio del siglo XXI.

De acuerdo con las estimaciones de la OMS, en 2016 se habían vacunado frente al rotavirus a más de 70 millones de niños de los 40 países con menor solvencia económica de todo el mundo.

El 85% de los tumores de cuello de útero provocados por el VPH se producen en los países desarrollados. De acuerdo con los resultados de un estudio llevado a cabo por el Instituto Nacional del Cáncer (NCI) de Estados Unidos, el uso masivo de las vacunas frente al VPH reduce en hasta un 84% el riesgo de desarrollar cáncer de cérvix en un período de 4 años.

Con objeto de evaluar tanto la eficacia como la seguridad de una vacuna, las compañías farmacéuticas dedican más de 500 millones de euros a su investigación y desarrollo (I+D), requiriendo el proceso una inversión media de tiempo de hasta 33 meses.

El presente de la vacunación viene definido, además de por los numerosos programas de I+D de nuevas vacunas frente a distintas enfermedades, por la necesidad de extender las campañas de vacunación en todas las regiones del mundo. Es cierto que en 2013 el 84% de los niños menores de un año de todo el planeta recibieron vacunas para su protección, un porcentaje ostensiblemente superior al establecido en 1975, de solo un 5%. Pero también es cierto que aún queda camino por recorrer.

El futuro inmediato de las vacunas vendrá definido por la aparición de nuevas opciones, como las novedosas vacunas terapéuticas para enfermedades como algunos cánceres, la enfermedad de Alzhéimer o la esclerosis múltiple. Además, la comunidad científica internacional ya trabaja en el desarrollo de vacunas para otras enfermedades muy graves y potencialmente mortales como son, el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), la malaria o el virus del ébola.