No será necesario un móvil para acceder a la aplicación y los padres tendrán control total sobre los contactos de sus hijos
04 dic 2017 . Actualizado a las 19:02 h.Según cifras de la consultora Dubit, más del 90 % de los niños entre 6 y 12 años tienen acceso a tabletas o smartphones y hacen uso de las redes sociales. Ante este panorama, la compañía de Mark Zuckerberg ha decidido presentar su versión de la aplicación Messenger de Facebook destinada a los niños.
Messenger Kids es un sistema de mensajería que no necesita asociar un número de teléfono para darse de alta, para usarlo basta con tener cualquier dispositivo con conexión a Internet, sin que necesariamente sea un móvil. Zuckerberg ha asegurado que pilar principal que rodea a Messenger Kids es la seguridad y el control total de los padres sobre las actividades de sus hijos en la aplicación. Son los propios padres los que crean la cuenta de su hijo y también los que aceptan con qué contactos podrá tener conversaciones. Cuando dos niños conectan utilizando Messenger Kids, los padres de ambos deben aceptar la posibilidad de cursar una solicitud de amistad.
Facebook no introducirá anuncios en esta nueva aplicación, ni demandará información personal de usuarios. Únicamente mostrará mensajes previos de cada conversación y colocará a los usuarios con los que se mantiene más relación en la parte superior de la lista de contactos.
La red social está trabajando para tratar de adaptar los contenidos de su nueva plataforma al público más infantil. Enfatizar el uso de emoticonos y stickers en las conversaciones de los niños y presentar los contenidos de una forma rápida y sencilla favorece a que los más pequeños se muevan cómodamente en este nuevo entorno. En una entrevista con la agencia EFE, Antigone Davis, directora de seguridad global de Facebook recalca la importancia de diseñar un entorno donde los padres tengan en todo momento el control de las actividades de sus hijos en internet: «En nuestras investigaciones, siempre hay un asunto que sale a relucir: los padres quieren saber que tienen el control. Quieren cierto nivel de control sobre el mundo digital de sus hijos que es similar al nivel que tienen en el mundo real».