Juguetes espía: robots infantiles y vibradores inteligentes bajo sospecha

Patricia Calveiro Iglesias
P. CALVEIRO REDACCION

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PILAR CANICOBA

La alarma resurge con los nuevos dispositivos que se manejan desde el móvil

07 dic 2017 . Actualizado a las 14:17 h.

Desde que el año pasado saltó la alarma con la muñeca My Friend Cayla y el robot i-Que, capaces de hablar con los niños y puestos en tela de juicio por grabar las conversaciones y almacenar la información de forma injustificada, la lista de juguetes bajo sospecha no ha hecho más que ampliarse. Y no solo de los infantiles, también para adultos. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) alertó en septiembre de los «preocupantes fallos de seguridad» que presentan algunos artículos conectados a Internet dirigidos a los pequeños de la casa, como son el perro inteligente WowWee Chip o los peluches CloudPets, ambos a la venta en España. Y actualmente estudia cinco robots teledirigidos que se manejan con el móvil, para comprobar hasta qué punto almacenan datos y son vulnerables a un posible hackeo.

La OCU aconseja a los padres que, «hasta que no se resuelvan estos problemas, no compren este tipo de juguetes inseguros. Y, si ya los tienen, que procuren estar siempre presentes cuando sus hijos jueguen con ellos y se aseguren de desconectarlos al terminar de usarlos». Asimismo, reclama a las autoridades españolas que investiguen los hechos y tomen todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad y privacidad de los menores.

Actualmente, según indica la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), la investigación abierta de oficio el año pasado en relación a Cayla e i-Que sigue en curso, por lo que no se han retirado del mercado, como ya hizo Alemania con la muñeca tras la alerta de seguridad lanzada desde Noruega. Y la Comisión Nacional de Informática y Libertades de Francia acaba dar un ultimátum a la compañía de Hong Kong que los fabrica, que tiene dos meses para adaptarlos a la ley sobre la protección de datos personales.

Veto en Alemania

Las autoridades alemanas también prohibieron el mes pasado la venta de smartwatches para niños y recomendaron su destrucción. Sin embargo, la AEPD confirma que por su parte no se han abierto nuevas investigaciones acerca de los juguetes espía, como tampoco se han recibido reclamaciones respecto de los relojes infantiles.

En cualquier caso, la agencia española recomienda también a los padres desconectar las cámaras de los juguetes conectados o taparlas con una cinta adhesiva si no se van a usar para evitar ser vistos en caso de que un extraño se haga con el control del dispositivo, comprobar si pueden captar la voz e imagen, dónde se almacena, y revisar la política de privacidad para saber qué permisos se conceden sobre esos datos y a quién.

Artículos para adultos

Pero no solo los niños están expuestos, también los adultos. Hace unos días saltó la polémica con la línea de juguetes inteligentes para adultos Lovesense. Un usuario de Reddit dio la voz de alarma al comprobar que un vibrador que se controla a distancia mediante una aplicación móvil grabó un audio la última vez que lo usó. Al parecer, el archivo se creó y almacenó sin autorización del dueño. El fabricante señaló que se trata de un pequeño fallo que solo afecta a la aplicación para usuarios de Android y que en ningún caso el archivo se reenvía a los servidores de la firma asiática responsable del producto. La cuestión es ¿hasta qué punto estamos dispuestos a exponer nuestra vida privada?

Los niños asturianos siguen prefiriendo regalos con roles y profesiones

Con las Navidades a la vuelta de la esquina, la empresa Imaginarium ha elaborado un estudio sobre la generación alfa, que comprende a los niños nacidos a partir del 2010. En él se concluye que esta «no abandona los juguetes reales», aquellos que los desvinculan de las pantallas y fomentan la interacción social. Todo lo contrario, son los más demandados. Sin embargo, existen diferencias en esa demanda en función de la zona. De acuerdo al mapa elaborado por la casa de juguetes, los menores asturianos prefieren jugar con objetos que les permitan imitar roles y profesiones. Estos juguetes también tienen especial incidencia en el País Vasco, Baleares, Ceuta y Castilla y León. Y los relacionados con la pintura y manualidades, en La Rioja, Valencia, Castilla-La Mancha y Madrid.