La OMS incluye el trastorno por videojuegos como un problema de salud mental

A. Robles

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JOSEP LAGO | afp

La Organización asegura que alguien sufre este desorden si «el juego tiene prioridad sobre otros intereses de la vida»

22 dic 2017 . Actualizado a las 08:12 h.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha decidido incluir, por primera vez, en la próxima edición de su Clasificación Internacional de Enfermedades (ICD-11) el trastorno por videojuegos como enfermedad mental. Este clasificación, que no se actualiza desde el año 1990, es un manual de diagnóstico que será publicado durante el próximo año. Según el libro, el trastorno derivado del juego será tratado como una condición de salud seria «que deberá tratarse a través de un seguimiento».

A pesar de las dudas y del rechazo que este asunto ha generado en estos últimos años, la OMS ha decidido dar un paso adelante y reconocer un trastorno que, según ellos, se caracteriza por un patrón de comportamiento de juego «continuo y recurrente» en el que «el juego tiene prioridad sobre otros intereses de la vida». 

La organización sanitaria reconoce este trastorno cuando existen tres condiciones negativas provocadas por el mal uso de los videojuegos. La primera se produce cuando el individuo no controla la conducta en lo que se refiere al inicio, frecuencia, intensidad, duración, finalización y contexto en que se juega. Además, este trastorno se considerará grave cuando aumente la prioridad que se da a los juegos frente a otros intereses y actividades diarias y si las conductas se mantienen a pesar de la aparición de consecuencias negativas. 

«La mayoría de las personas que juegan a videojuegos no tienen un problema, del mismo que no lo tiene la mayoría de las personas que beben alcohol. Sin embargo, en ciertas circunstancias el uso excesivo puede generar efectos adversos», explicaba Vladimir Poznyak, del Departamento de Salud Mental y Abuso de Sustancias de la OMS, a la revista New Scientist. El experto explica que el comportamiento del juego son normalmente evidentes durante un período de al menos 12 meses para que se asigne un diagnóstico, «aunque la duración requerida puede acortarse si se cumplen todos los requisitos de diagnóstico y los síntomas son graves».