La meteorología que predomina en cada una de las estaciones depende únicamente de la altura que ocupa el sol respecto al horizonte
03 ene 2018 . Actualizado a las 08:32 h.Hipatia de Alejandría fue la primera mujer de ciencia de la historia. En el siglo IV después de Cristo las mujeres no tenían acceso a la educación pero su padre Teón, un reputado astrónomo griego, se encargó personalmente de que recibiese clases de matemáticas y filosofía. Su trabajo, como el de otros grandes pensadores, no sobrevivió al fanatismo religioso que, en un acto de barbarie, decidió quemar la Biblioteca, el mayor centro de conocimiento del mundo y donde Hipatia ejercía como docente. Sin pruebas escritas, hoy sigue debatiéndose sobre su legado.
Hipatia participó de forma activa en uno de los grandes debates científicos de la Grecia clásica, las órbitas retrógradas de los planetas. Las observaciones mostraban que no siempre mantienen la misma trayectoria. A veces retroceden un poco y luego siguen avanzando. Es probable que en aquel contexto ella ya hablase, mucho antes que Johannes Kepler, de órbitas elípticas. Una propuesta muy revolucionaria en una época que consideraba el círculo la forma más perfecta de la naturaleza. Sin embargo, la historia reconoce todo el mérito de esa idea al astrónomo alemán del siglo XVII.
El hecho de que el recorrido terrestre alrededor del sol dibuje una elipse, un círculo achatado, implica que no siempre se encuentra a la misma distancia respecto al astro. Existe un punto de máxima aproximación, llamado perihelio, y otro de máxima distancia, conocido como afelio.
Esta forma geométrica invita a pensar que la Tierra está cerca de la estrella en verano y lejos en invierno. Aunque la realidad puede ser muchas veces poco intuitiva. Nuestro planeta atraviesa el afelio en julio y el perihelio este miércoles. Por tanto, la distancia no determina que en invierno haga frío y en verano calor. Ahora deberíamos añadir que esto solo ocurre en el hemisferio norte. En el austral sí que coincide el período estival con el perihelio. Lo que sucede es que hay mucho más océano que superficie terrestre y esto ayuda a suavizar las temperaturas. En el caso contrario, el clima sería mucho más extremo.
La meteorología que predomina en cada una de las estaciones depende únicamente de la altura que ocupa el sol respecto al horizonte. En verano asciende mucho y los rayos caen de forma perpendicular. Durante el invierno la elevación es menor y los rayos solares son más oblicuos. Esto influye en cómo se reparte la misma cantidad de energía sobre la superficie. El astro rey alcanza la mínima y máxima elevación durante los solsticios de invierno y verano.