La verdadera razón por la que Twitter no bloqueará a Donald Trump

La Voz / Agencias

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MARY F. CALVERT

Desde la red social aclaran, sin mencionar al presidente de EE.UU., que no silenciarán a líderes políticos en aras del debate público. Niegan que busquen con ello un mayor tráfico en las redes

08 ene 2018 . Actualizado a las 13:01 h.

Ante las crecientes críticas por el uso de algunos líderes políticos de las redes sociales para difundir mensajes tendenciosos o directamente falsos, desde Twitter se ha emitido en las últimas horas un comunicado para justificar su decisión de no ejercer ningún tipo de censura al respecto. En él no se menciona específicamente a Donald Trump pero (casi) nadie duda que se refieren a él. 

«Bloquear a un líder mundial en Twitter o eliminar sus controvertidos tuits apenas ocultaría una información importante que la gente debe poder ver y debatir. Además, tampoco serviría para silenciar a dicho líder y, sin embargo, dificultaría la discusión necesaria en torno a sus palabras y sus actos», esgrime la empresa.

Desde la compañía justifican que Twitter nació como herramienta para «la conversación global y pública» y que, en este contexto, los dirigentes políticos desempeñan un papel clave por su especial relevancia dentro de la sociedad.

La firma norteamericana ha querido, además, dejar claro que sus decisiones empresariales no se ven influidas por ninguno de sus usuarios. «Trabajamos duro para seguir siendo imparciales, teniendo en cuenta el interés público», añade.

La compañía, que ha reconocido «revisar» los mensajes de los líderes mundiales, ha señalado que en estos casos ha de tenerse en cuenta «el contexto» que los define y ha negado que su decisión de no adoptar medidas al respecto se deba a un interés por generar mayor tráfico en las redes. «Revisamos los tuits de los líderes dentro del contexto político que los define, y hacemos cumplir nuestras reglas en consecuencia», inciden en el comunicado.

Cada vez más usuarios reclaman que se bloquee a Trump

Esta declaración de intenciones se produce después de que en los últimos meses numerosos usuarios hayan criticado a esta red social por no establecer un filtro con el fin de evitar los abusos cometidos por algunas figuras públicas que emplean estos breves mensajes de 280 caracteres para transmitir mensajes que de otra manera no encontrarían una plataforma.

Uno de los casos más destacados es, sin lugar a dudas, el del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien no duda en acudir a su perfil personal de Twitter para criticar a los medios de comunicación, difundir dudosos datos sobre su Gobierno e, incluso, para amenazar e insultar a otros líderes mundiales.

De hecho, el propio Trump se convirtió en uno de los principales causantes esta polémica después de que el 29 de noviembre del año pasado decidiera retuitear una serie de vídeos del partido minoritario de ultraderecha Britain First.

Los vídeos en cuestión habían sido tuiteados por la política Jayda Fransen, integrante de ese partido, y llevaban por título «Emigrante musulmán golpea a niño holandés en muletas», «Musulmán destruye estatua de la Vírgen María» y «Pandilla musulmana lanza a adolescente desde un tejado y le da una paliza de muerte».

Esta acción de Trump generó una oleada de reacciones por parte de numerosos ciudadanos que exigieron a Twitter que eliminara dichos mensajes y que bloqueara la cuenta del mandatario, tal y como hace con otros usuarios que utilizan esta red social para difundir mensajes de contenido racista, sexual o de odio.

En el comunicado publicado en los últimos días, desde la compañía no se ha hecho referencia específica a Trump ni a uno de sus últimos, y más polémicos tuits, en el que el presidente subrayaba que su botón nuclear es «más grande» que el del líder norcoreano Kim Jong-Un.

Tras su publicación, varios activistas defendieron que Twitter debería haber prohibido a Trump, y un grupo llamado Resistance SF acusó al presidente ejecutivo de la compañía, Jack Dorsey, de «poner en peligro al mundo» y de violar sus propias reglas al no bloquear al mandatario.