Un sistema predice la aparición de la migraña media hora antes de que surja

Raúl Romar García
r. romar REDACCIÓN / LA VOZ

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El paciente podría tomar con antelación la medicación y prevenir las crisis

09 ene 2018 . Actualizado a las 18:45 h.

Suena un pitido y salta un aviso: «Usted tendrá una migraña dentro de 25 minutos, tómese la medicación». La alarma puede saltar en cualquier momento desde una pulsera, un reloj, un parche adherido al cuerpo o desde el teléfono móvil, pero la notificación con antelación resulta vital para que el paciente pueda prevenir con un medicamento específico un episodio de dolor intenso que los suele acabar postrando en la cama con la luz apagada y evitando cualquier ruido. El sistema, aunque todavía es un prototipo, existe y ha sido probado con éxito en el 75 % de los casos por un equipo de investigadores del Center for Computacional Simulation (CSC) de la Universidad Politécnica de Madrid, que dentro de aproximadamente un año esperan contar con un producto validado para su lanzamiento comercial. Será el alivio para los cerca de seis millones de españoles que sufren este agresivo dolor de cabeza de forma más o menos habitual y también para las arcas públicas, ya que la enfermedad supone un gasto de 1.222 euros por paciente y año, tanto por las bajas derivadas de la patología como por la atención en los servicios de urgencias, entre otras variables.

El equipo de científicos ya demostró hace un año que era posible predecir la migraña de forma personalizada, incluso antes de que aparezcan los primeros síntomas, mediante la incorporación a los pacientes de sensores que miden y analizan variables hemodinámicas como el ritmo cardíaco, la sudoración, la temperatura de la piel y la saturación de oxígeno capilar periférico. Pero ahora acaban de dar una nueva vuelta de tuerca con la simulación de un sistema que permite alertar a los pacientes de la llegada de una crisis de migraña en tiempo real, con una antelación media de unos 25 minutos y con una fiabilidad de más del 75 % de los casos. «Antes demostramos que era posible predecir la migraña y lo que propusimos ahora fue la simulación de todo el sistema de monitorización, desde la adquisición de datos por parte de los sensores, a su procesamiento y análisis y la generación de la alarma», explica Josué Pagán, el autor principal del estudio, en el que también participaron miembros de la unidad de cefaleas del Hospital Universitario de la Princesa, en Madrid.

El nuevo trabajo también abordó la repercusión económica que supondría la implantación del sistema, no solo a nivel asistencial, sino también desde el punto de vista energético, ya que existen tres alternativas para realizar la monitorización: por medio de una aplicación en un teléfono móvil: por un nodo principal de sensores de las variables biomédicas, que se podría incorporar a un reloj, una pulsera, un brazalete o a un parche, o a través de un centro de datos. En todos los casos se requiere de un gasto energético, por lo que lo que hicieron los investigadores fue modelizar cuál era el más aconsejable en cada momento. 

Coste energético

«Dónde y cuándo se procesen estos datos tendrá un coste diferente que el nuevo sistema es capaz de optimizar en cada momento decidiendo, según las condiciones de la red o de la batería en el teléfono móvil, dónde es más barato económicamente que se lleve a cabo el proceso», apunta Pagán. El sistema fue optimizado para su despliegue en un 2 % de la población europea que sufre de migrañas y teniendo en cuanta la fiabilidad de los modelos de predicción y los costes de la energía eléctrica doméstica -para la carga de los dispositivos de monitorización y teléfonos inteligentes- e industrial, que es la que alimentaría el centro de datos. Los científicos determinaron que la aplicación de la alternativa idónea en cada momento supondría un ahorro energético de 288 millones de euros. Pero, lo que es más importante, la sanidad pública podría dejar de gastar 1.272 millones de euros gracias a los beneficios de la predicción de la migraña.

«En principio -precisa Josué Pagán- solo nos queremos dirigir al 2 % de la población que sufre los dolores, que son los pacientes crónicos, los que sufren cuatro o más episodios por mes».

El equipo de la Universidad Politécnica que lleva a cabo la investigación ya ha creado una empresa para perfeccionar el prototipo y está en contacto con otras de ingeniería para su fabricación en forma de un producto comercial, que bien podría ser un reloj, un parche o una pulsera.