Exdirectivos de Silicon Valley reclaman medidas contra la adicción tecnológica

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PAUL CROCK | afp

«Hacen un experimento masivo y en tiempo real con nuestros hijos», denuncian

09 feb 2018 . Actualizado a las 08:21 h.

Ansiedad, obesidad, depresión, alteraciones del sueño, bajo rendimiento académico, escasa autoestima. Los vínculos entre estas alteraciones y el uso de la tecnología por parte de niños y jóvenes se hacen cada vez más estrechos y demostrables. Esta vez son un grupo de extrabajadores de Google y Facebook los que han puesto en marcha una campaña llamada La verdad sobre la tecnología, que quiere llamar la atención sobre la necesidad de «realinear la tecnología con los mejores intereses de la humanidad».

Esta iniciativa, dirigida a las familias, es una idea original de un grupo de trabajo llamado Center for Humane Technology y fundado por Common Sense, una organización sin ánimo de lucro que fomenta un uso sensato de la tecnología en los niños. Su objetivo principal es hablar claro del daño potencial que suponen las plataformas digitales para los niños e intentar contrarrestar la innegable adicción que generan.

Directivos del sector ya equiparan esta dependencia con la adicción al cigarrillo y piden regulaciones similares a las de la industria tabacalera. Los promotores de la campaña intentan exponer la verdad a los padres. «Las compañías tecnológicas están llevando a cabo un experimento masivo y en tiempo real con nuestros hijos y, por ahora, nadie les está pidiendo cuentas por ello», señala el director ejecutivo de Common Sense, James Steyer.

Cada vez más gurús tecnológicos hablan claro sobre la capacidad que tiene el abuso de la tecnología para dañar el desarrollo social, emocional y cognitivo. El hecho de que Tim Cook, actual cerebro de Apple, haya confesado que no permite a su sobrino de 12 años tener cuenta en redes sociales es solo un ejemplo.

Beneficios a corto plazo

El exmentor de Mark Zuckerberg y antiguo inversor de Facebook Roger McNamee publicó el pasado mes diversos artículos en medios como The Guardian y The Washington Post para explicar las razones de su «miedo a los peligros de la adicción tecnológica». En una de ellas llega a comparar el silencio administrativo sobre este asunto con lo sucedido en la compañía del productor de Hollywood Harvey Weinstein, donde, según señala, los directivos conocían su historial de violaciones y acoso pero nadie lo denunció. Ahora le pide a Facebook que «sacrifique los beneficios a corto plazo» para hacer frente al daño que la plataforma ha causado por medio de la adicción y la manipulación.

El ex presidente de Facebook, Sean Parker, también alertó hace unos meses acerca del modo en que la red social manipula la psicología humana para hacer que los usuarios entren en un bucle de aprobación social. «Es exactamente el tipo de cosas que inventaría un hacker como yo -admitió-. Solo Dios sabe lo que [Facebook] hace con el cerebro de nuestros hijos».

Hace un mes, dos de los principales inversores de Apple publicaron una carta abierta para pedir a la compañía que tome medidas acerca de la dependencia que el iPhone genera en los niños. «Apple puede jugar un papel definitivo a la hora de señalar a la industria que prestar especial atención a la salud y el desarrollo de la próxima generación es a la vez un buen negocio y lo que corresponde hacer», afirman.

Ayer, activistas y denunciantes de Silicon Valley participaron en una conferencia en Washington para pedir a la cúpula directiva de Facebook que tomen decisiones pensando en lo que querrían para sus propios hijos y que, de no hacerlo así, podrían perjudicar a millones de jóvenes enganchados a las redes sociales. Roger MacNamee hizo referencia a Sheryl Sandberg, directora operativa de Facebook: «Lo que me gustaría es que llevara a la oficina los mismos valores que aplica en su casa [...] Si contemplas a tus usuarios como combustible para tus beneficios, no vas a hacer que el mundo sea mejor».