«Oler limón para prevenir el cáncer», no se crea todo lo que lee en Internet

Raúl Romar García
r. romar REDACCIÓN / LA VOZ

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Médicos y pacientes se unen en una plataforma para desmontar los bulos sobre la salud

13 feb 2018 . Actualizado a las 07:54 h.

Las vacunas provocan autismo, oler limón previene contra el cáncer, las patatas fritas de McDonalds podrían ser la solución contra la calvicie, la ingestión de paracetamol transmite el virus Machupo, los antigripales causan hemorragia cerebral... Estos ejemplos son tan solo una muy pequeña muestra de las afirmaciones que circulan por Internet, las redes sociales y las aplicaciones de mensajería. Y todas tienen algo en común: son auténticas falsedades o, en el mejor de los casos, exageraciones disparatadas. Son falsas noticias relacionadas con la salud, pero que se propagan como la pólvora. E intentar ponerle freno es el objetivo de la plataforma #SaludSinBulos (www.saludsinbulos.com), una iniciativa promovida por la Asociación de Investigadores en Salud (AIES) y que cuenta con el respaldo de profesionales médicos, de sociedades científicas, de asociaciones de pacientes y de comunicadores. ¿Su misión? Detectar y desactivar cuanto antes las patrañas y contribuir a que exista información veraz y contrastada sobre salud en la Red. Y más si se tiene en cuenta que el 60 % de los internautas busca información sanitaria en Internet y de que uno de cada tres bulos que se propagan por este medio está relacionado con esta temática. «Los bulos son inevitables, porque Internet es incontrolable, pero lo que queremos es responder a ellos con máxima rapidez para que la población tenga una opinión informada», explica Carlos Mateos, vicepresidente de AIES.

Desconfíe de los milagros

El problema, en muchas ocasiones, es que el internauta no sabe muy bien qué fuentes de información a las que recurre son fiables o no. ¿Qué se puede hacer entonces? «Lo primero es no difundir una información que no sepamos con certeza si es verdadera o no y luego acudir a webs que estén respaldadas por sociedades científicas, hospitales u organismos gubernamentales. Y, si se tienen dudas, preguntar a nuestro médico», responde Mateos. Otro consejo: desconfíe de las soluciones milagrosas a su problema de salud. No existen.

Muchos de estos bulos son interesados y, detrás de sus propagadores, se encuentra gente movida por intereses económicos. Y también hay que tener mucho cuidado con las seudociencias, porque por un falso remedio se puede dejar de tomar una medicación convencional que sí es eficaz.

Pero, ¿por qué caemos en el engaño? Muchas veces por desesperación. Es lo que explica Carina Escobar, representante de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes, quien señala que cuando a alguien le diagnostican una enfermedad «está tan abrumado que no es capaz de digerir toda la información que recibe». Y por ello, acuden a Internet. «Doctor Google está haciendo mucho daño», lamenta Escobar, quien incide en la necesidad de que la información proceda de fuentes fiables.

Ejemplos de bulos

Vacunas

Provocan autismo. Es, quizás, el bulo más extendido, y también uno de los más peligrosos. A él se aferran los antivacunas. Parte de un estudio de Andrew Wakefield de 1998 que se demostró falso.

antigripales

Causan hemorragia cerebral. Es otro bulo que se comparte desde hace una década que incluso tuvieron que salir a desautorizar las autoridades sanitarias. Pero sigue propagándose.

calvicie

Las patatas fritas de McDonalds, la solución. En este caso la fuente proviene de un estudio científico, pero que se exageró hasta la extenuación para desvirtuar por completo la realidad.